Olena Chuprynska
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Puntos clave
- Importante ayuda financiera: Ucrania recibió más de 240.000 millones de euros en ayuda entre febrero de 2022 y octubre de 2023, lo que supone un importante compromiso por parte de los aliados occidentales.
- Rearme estratégico de Europa: La ayuda a Ucrania forma parte de una estrategia más amplia para la modernización de las capacidades de defensa europeas, puesta de relieve por el aumento del presupuesto de defensa de la UE y el Plan Conjunto de Adquisición de Armas.
- Impacto en los distintos Estados miembros de la UE: El proceso de rearme ha llevado a una modernización militar significativa en varios Estados miembros de la UE, con países como Polonia, la República Checa, Bulgaria, Suecia y Finlandia mejorando sus capacidades militares.
- Mayor alineamiento con la OTAN y aumento del gasto: Los esfuerzos de rearme han alineado más estrechamente a los países europeos con los estándares de la OTAN, especialmente en lo que se refiere al cumplimiento del objetivo de gasto en defensa del 2% del PIB.
- Beneficios bilaterales para Ucrania y la UE: El apoyo militar a Ucrania sirve también de impulso para la modernización armamentística europea, ofreciendo a Ucrania acceso a armamento modernizado y oportunidades de adiestramiento conjunto con las fuerzas de la OTAN.
- Implicaciones a largo plazo para la seguridad regional: Este cambio en la estrategia de defensa y en los patrones de gasto tiene importantes implicaciones para el equilibrio de poder en Europa y para las perspectivas de seguridad y defensa a largo plazo de la región.
Tras la invasión a gran escala que tuvo lugar en febrero de 2022, Ucrania fue testigo de una muestra de unidad sin precedentes por parte de las naciones occidentales. Los aliados occidentales, unidos por el imperativo común de ayudar a Ucrania a resistir la traicionera embestida rusa, se dieron cuenta de que las meras expresiones de preocupación y condena eran insuficientes. La alianza reconoció la necesidad de tomar medidas decisivas, señalando a Rusia que su agresión ilegal no quedaría sin respuesta. Este hecho marcó un momento histórico para la Unión Europea, ya que, por primera vez, entregó armas letales a través de sus instituciones a una nación inmersa en un enfrentamiento militar activo.
Durante el periodo comprendido entre febrero de 2022 y octubre de 2023, Ucrania recibió un asombroso total estimado de más de 240.000 millones de euros en ayuda. Este apoyo financiero no solo subraya la solidaridad de los aliados occidentales, sino que también demuestra su compromiso de proporcionar recursos sustanciales a una nación que se enfrenta a los retos de un conflicto en curso.
Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania fueron los principales contribuyentes en términos de equivalente financiero para ayuda militar. Sin embargo, si se considera el valor porcentual del PIB de las armas y equipos suministrados a Ucrania, Noruega, Lituania y Estonia se sitúan a la cabeza. Los paquetes de ayuda abarcan sistemas de armamento y vehículos de última generación, ejemplificados por el suministro de activos avanzados como tanques Leopard 2, Bradleys M2, HIMARS y otros sofisticados equipos militares. Estas contribuciones significan una dedicación estratégica a equipar a Ucrania con recursos de última generación para contrarrestar eficazmente los retos actuales.
Además de este apoyo, a partir de diciembre de 2023, los Países Bajos han dado un paso decisivo al iniciar los preparativos para la entrega de los primeros 18 cazas F-16 a Ucrania. “La entrega de los F-16 es uno de los elementos más importantes de los acuerdos de apoyo militar a Ucrania.
Además de un permiso de exportación, aún deben cumplirse otros criterios antes de que pueda tener lugar la entrega, incluidos los requisitos de personal e infraestructura. Esta decisión confirma el compromiso inquebrantable de los Países Bajos de proporcionar a Ucrania el apoyo que necesita para responder a la agresión rusa en curso”, según declaró el primer ministro neerlandés, Mark Rutte.
Sin embargo, de los datos mencionados surge una pregunta: ¿cómo mantendrá Occidente sus niveles de defensa necesarios en medio de un gasto tan elevado en ayuda militar? El discurso actual indica que proporcionar ayuda militar a Ucrania no es sólo un testimonio del compromiso de estos países con un futuro marcado por la seguridad, libre de violaciones del derecho internacional y del terrorismo. También subraya un impulso estratégico más amplio para embarcarse en una senda de rearme altamente modernizado.
El presente documento pretende profundizar en las características clave y los conceptos subyacentes que ilustran cómo el armamento de Ucrania resulta ventajoso para la Unión Europea a mayor escala. Más allá del objetivo inmediato de apoyar la defensa de Ucrania, pretende dilucidar las implicaciones más amplias y las consideraciones estratégicas que subrayan el compromiso de la región de fomentar un aparato de defensa seguro y modernizado.
Evaluación del Plan de Desarrollo de Capacidades
Para empezar, es imprescindible destacar el concepto general que constituye la base de esta tesis. Es crucial señalar que, más allá del ámbito de las teorías conspirativas, existen pruebas mínimas que sugieran que las naciones occidentales están suministrando armas a Ucrania con algún motivo oculto más allá del objetivo directo de ofrecer ayuda en respuesta a las inminentes amenazas militares rusas.
El hecho de donar o suministrar armamento a Ucrania ha planteado nuevos retos a varios países europeos, obligándoles a abordar cuestiones críticas relacionadas con el almacenamiento de su arsenal. Muchas de estas naciones se encuentran en una posición en la que se han agotado partes significativas de su inventario militar, lo que hace necesaria su participación en nuevos acuerdos para adquirir equipos superiores y modernizados. Esta decisión estratégica ha ido acompañada de aumentos sustanciales en los presupuestos de defensa de varias naciones europeas. Según declaraciones de la Agencia Europea de Defensa, la mayoría de los países de la UE han experimentado notables expansiones en sus presupuestos de defensa en 2022: “Con una cifra récord de 240.000 millones de euros, el gasto europeo en defensa en 2022 volvió a aumentar un 6% respecto al año anterior, marcando el octavo año de crecimiento consecutivo”. La infografía que figura a continuación ilustra estos aumentos y pone de relieve el compromiso colectivo de las naciones europeas de reforzar sus capacidades militares frente a la evolución de las amenazas y los retos geopolíticos.
Uno de los principales documentos de orientación en el ámbito de la defensa para los funcionarios de la UE es el folleto “Plan de Desarrollo de Capacidades de la UE”. El objetivo principal de este documento es “aumentar la coherencia entre la planificación de la defensa de los Estados miembros y fomentar la cooperación europea mediante la consideración conjunta de las futuras necesidades operativas y la definición de las prioridades comunes de desarrollo de capacidades de la UE”. Esta guía exhaustiva ha sufrido varias iteraciones, con versiones anteriores en 2008, 2014 y 2018, que culminaron en la versión más reciente acordada en 2023.
En la última versión se esbozan 22 prioridades de la política de defensa de la UE, que abarcan 14 prioridades en cinco ámbitos militares y 8 prioridades relacionadas con facilitadores y multiplicadores estratégicos. En particular, las recomendaciones hacen hincapié en el imperativo de una defensa aérea y antimisiles integrada, la modernización de los carros de combate, los vehículos de combate de infantería y los vehículos blindados de transporte de tropas, así como el desarrollo de medios eficaces para contrarrestar los drones. Una observación digna de mención que se desprende de este informe es que la guerra a gran escala contra Ucrania ha puesto de relieve la urgente necesidad de mejorar la movilidad militar de las fuerzas dentro y fuera de la UE. Esta constatación justifica además el nuevo récord de la UE de 270.000 millones de euros gastados en el presupuesto de defensa en 2023, lo que pone de relieve el compromiso de la región para hacer frente a los nuevos retos de seguridad y fortalecer sus capacidades de defensа.
Plan Conjunto de Adquisición de Armas
En respuesta al imperativo de modernizar los arsenales de armas, la Unión Europea ha ideado un enfoque innovador y colectivo: el Plan Conjunto de Adquisición de Armas. Esta iniciativa estratégica, nacida de la acuciante necesidad de modernización, representa un esfuerzo concertado para hacer frente a los retos contemporáneos en materia de seguridad.
Un hito importante en este empeño se produjo el 9 de mayo de 2023, cuando los miembros del Parlamento Europeo alcanzaron un consenso para agilizar la legislación destinada a mejorar las capacidades de producción de municiones y misiles de la UE. Este marco legislativo, denominado Ley de Apoyo a la Producción de Munición (LAPM), refleja el compromiso de la UE de reforzar su capacidad industrial. En un movimiento decisivo, el Parlamento aprobó el 13 de julio de 2023 planes para asignar 500 millones de euros en financiación. Esta inyección financiera tiene por objeto facilitar el aumento de la capacidad de la industria de la UE, permitiendo mayores entregas a Ucrania y ayudando a los Estados miembros a reponer sus existencias de municiones y misiles.
Tras extensas negociaciones, el importe total asignado al Plan Conjunto de Adquisición de Armas se limitó finalmente a 300 millones de euros. Michael Gahler, miembro del Parlamento Europeo, destacó que esta financiación desempeñará un papel fundamental en la reposición de los arsenales de los Estados miembros de la UE, fomentando una mayor interoperabilidad entre las fuerzas armadas, reforzando la industria de defensa y reafirmando el apoyo inquebrantable a Ucrania.
Actualmente, el plan de compra conjunta está en marcha, con especial atención a los proyectiles de artillería de 155 milímetros. El ambicioso objetivo es facilitar la entrega de un millón de proyectiles de artillería a Ucrania en un plazo de 12 meses.
La evolución de la arquitectura de defensa europea ha alcanzado un hito significativo, que refleja un salto adelante sustancial para la Unión Europea colectiva y sus instituciones desde la introducción de Berlín Plus en 2002[1]. La Comisión Europea va a desempeñar un papel fundamental en la financiación de iniciativas conjuntas de adquisición. Se trata de una iniciativa pionera, ya que es la primera vez que la Comisión Europea aporta directamente ayuda financiera a este tipo de iniciativas de colaboración.
Adquisiciones recientes
¿Qué beneficios obtienen individualmente los Estados miembros de la UE, especialmente aquellos con presupuestos de defensa más limitados pero que apoyan activamente a Ucrania? Más allá de la ventaja que supone el reparto de costes dentro del Plan Conjunto de Adquisición de Armas, el apoyo a Ucrania ha supuesto para algunos miembros de la UE un importante impulso para la modernización de sus arsenales. Numerosos ejemplos ponen de relieve las adaptaciones proactivas emprendidas por los países de Europa Oriental y los Balcanes en respuesta a este reto de seguridad en evolución.
Polonia destaca como uno de los aliados más firmes, demostrando actualmente un compromiso proactivo con la modernización de sus capacidades militares. En diciembre de 2022 comenzó la aplicación de un acuerdo previamente establecido con Corea del Sur. Este pacto estratégico facilitó la entrega de 24 obuses autopropulsados K9 y 10 tanques K2 “Black Panther” a Polonia, marcando un hito significativo. Los carros K2 están ampliamente reconocidos como unos de los carros de combate principales más avanzados del mundo.
Reflexionando sobre este notable avance, el presidente Andrzej Duda señaló: “Hoy, este armamento de última generación, cumbre de la modernidad para el Ejército polaco, se ha hecho realidad, consolidando su lugar en el inventario de equipamiento de las Fuerzas Armadas polacas”.
La trayectoria futura de dicho acuerdo se ha vuelto incierta tras la elección del nuevo primer ministro, Donald Tusk, el 13 de diciembre de 2023. Desde noviembre del año pasado, Seúl ha expresado su preocupación por los aspectos financieros del acuerdo. Estas preocupaciones se derivan de la escalada de turbulencias políticas en Polonia, un fenómeno inherentemente asociado a los cambios sustanciales en la cúpula del gobierno. Persisten los esfuerzos por mantener un diálogo constructivo entre ambas naciones para garantizar el fiel cumplimiento de todos los contratos firmados previamente, incluso en medio de la transición a un nuevo gobierno.
La República Checa ha demostrado un enfoque proactivo para la modernización significativa de su flota de aviones. En septiembre de 2023, el gobierno checo cerró un acuerdo con Estados Unidos, centrado en la adquisición de los avanzados cazas F-35. Este acuerdo histórico es el mayor contrato de defensa jamás firmado por el gobierno checo, y subraya el compromiso de la nación de reforzar sus capacidades militares mediante tecnología punta y alianzas estratégicas. Además, desde 2022, la República Checa ha contratado activamente a profesionales ucranianos de la defensa y la producción de armamento en sus empresas de defensa. Tomáš Kopečný, viceministro de Defensa del país, declaró anteriormente: “…el acuerdo sería beneficioso para ambas partes, ya que las fábricas checas de armamento se enfrentan a una escasez de empleados cualificados. Por ejemplo, la empresa Tatra, del holding Czechoslovak Group, necesita quinientas personas”. Los esfuerzos de colaboración condujeron a la firma de un acuerdo sobre el establecimiento de un cluster de defensa con la Agencia de Cooperación Intergubernamental de Defensa (AMOS) del Ministerio de Defensa de la República Checa. Esta iniciativa implica a las principales empresas de defensa ucranianas y checas, junto con donantes internacionales, en la realización conjunta de esfuerzos de cooperación.
Bulgaria ha expresado su firme compromiso con el rearme y la modernización del arsenal, al tiempo que ha participado activamente en la prestación de ayuda a Ucrania. A pesar de que la viceprimera ministra y ministra de Economía, Kornelia Ninova, ha negado el suministro directo de armas, Bulgaria ha exportado indirectamente al menos 1.000 millones de dólares en armas a Ucrania a través de canales no revelados. El 8 de diciembre de 2023 se aprobó un nuevo envío de misiles antiaéreos.
Desde 2022, Bulgaria ha forjado compromisos estratégicos con Lockheed Martin, un destacado gigante estadounidense de la producción de armas. El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha firmado un contrato con Lockheed Martin para fabricar un segundo lote de aviones de combate F-16 Fighting Falcon para Bulgaria. La notificación del contrato, publicada el 14 de septiembre, autoriza la producción de ocho aviones F-16C/D Block 70, que completan los ocho que ya estaban en virtud de un contrato preexistente. Esta iniciativa marca un paso significativo en la búsqueda por parte de Bulgaria de capacidades militares avanzadas y subraya sus esfuerzos de colaboración con los principales actores internacionales de la industria de defensa.
Una multitud de ejemplos extraídos de las experiencias de varios países europeos refuerzan colectivamente un tema central: Europa se está embarcando firmemente en un camino de rearme sistemático, una trayectoria que cobró impulso con el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania. Esta tendencia está lejos de ser una coincidencia. Al apoyar activamente a Ucrania, las naciones aliadas están reconociendo inequívocamente la amenaza que supone Rusia para la estabilidad mundial y el llamamiento a estar armados y preparados para cualquier resultado. Esta respuesta colectiva subraya la voluntad de abordar y contrarrestar los retos que plantean las acciones de Rusia en la escena mundial.
Los nuevos miembros de la OTAN amplían sus oportunidades
Los nuevos candidatos y miembros de la OTAN también se han embarcado en un viaje de reformas sustanciales de sus arsenales militares. Desde su ingreso en la Alianza, Suecia ha demostrado estar preparada para convertirse en una parte plenamente integrada en la OTAN. Dadas sus capacidades marítimas, Suecia está poniendo actualmente un énfasis significativo en el desarrollo de su flota naval. Ya se han dado los primeros pasos en esta dirección, con la firma de un contrato con MBDA para el suministro de Misiles Modulares Antiaéreos Comunes, lo que subraya su dedicación a mejorar sus capacidades de defensa y alinearse con los estándares de la OTAN. Eric Beranger, Consejero Delegado de MBDA, declaró: “El CAMM proporcionará a Suecia y a la Marina Real Sueca una formidable capacidad de defensa antiaérea que aporta al país una nueva y sólida contribución a la OTAN junto con otros usuarios aliados del Sea Ceptor, como la Marina Real del Reino Unido. También estamos orgullosos de continuar nuestra larga historia de colaboración con Suecia y la industria sueca, incluida Saab”. Además, Suecia está participando activamente en el estacionamiento de sus tropas en los territorios fronterizos con Rusia para disuadir aún más al agresor de que se comprometa a propagar amenazas y estragos.
Finlandia, por su parte, está trabajando para deshacerse de los restos de su antigua asociación militar con Rusia. El país ha dado un paso importante al firmar un acuerdo de 346 millones de dólares con la empresa israelí Rafael Advanced Systems (RAS). Este acuerdo supone la adquisición del misil tierra-aire (SAM) David’s Sling, que servirá como notable sustituto de sus sistemas SAM Buk de origen ruso.
¿Un nuevo paso hacia una Europa más fuerte?
El análisis del proceso de rearme en Europa revela varias conclusiones dignas de mención. El aumento del gasto militar en los países de Europa Central y Occidental, que ascenderá a 345.000 millones de dólares en 2022, marca el nivel más alto desde el final de la Guerra Fría. En este aumento influye significativamente la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, que sirve de catalizador fundamental de las tendencias del gasto militar.
El suministro de ayuda a Ucrania surge como un esfuerzo bilateralmente beneficioso, que actúa como un impulso sustancial para la modernización armamentística europea y la expansión de los arsenales. Más allá del apoyo inmediato a Ucrania, esta iniciativa también obliga a los aliados occidentales a adherirse al estándar de gasto del 2% del PIB establecido por la OTAN. Aunque la mayoría de los miembros de la OTAN no cumplieron este requisito en 2014, el panorama ha evolucionado favorablemente para 2023, presentando mejores perspectivas para que estos países cumplan y potencialmente superen sus objetivos de gasto en defensa.
Las repercusiones generales del proceso de rearme van más allá de las preocupaciones geopolíticas inmediatas, pues influyen en los patrones de gasto en defensa, fomentan la cooperación y alinean a los países con los estándares de la OTAN. La naturaleza dinámica de los cambios en el gasto militar, junto con el compromiso de reforzar las capacidades de defensa, refleja una respuesta global a los nuevos retos de seguridad en el teatro de operaciones europeo.
El esfuerzo europeo de rearme tiene una gran importancia para Ucrania, especialmente en lo que se refiere al suministro de armas y vehículos, que representa un catalizador esencial para el avance de la victoria ucraniana. A medida que Europa se va rearmando, Ucrania obtiene una valiosa oportunidad de acceder a armamento modernizado a través de los canales europeos, fomentando un aumento esencial de sus capacidades militares. Ya sea a través de contratos a corto o largo plazo, este enfoque de colaboración abre vías para que Ucrania integre armamento avanzado en su infraestructura de defensa. Además, la aportación de nuevos arsenales crea perspectivas para operaciones conjuntas de adiestramiento, fomentando la colaboración entre las fuerzas de la OTAN y el ejército ucraniano. El adiestramiento por parte de las fuerzas aliadas no sólo mejora la capacidad defensiva de Ucrania sino que también contribuye al desarrollo profesional del personal militar. Resulta significativo el desarrollo actual de la cooperación bilateral, ejemplificado por el acuerdo de la mayoría gobernante en el parlamento búlgaro de proporcionar a Ucrania el espacio aéreo búlgaro para el adiestramiento de aviones F-16. Esto demuestra el beneficio mutuo de la cooperación entre la OTAN y Ucrania. Esto pone de manifiesto la naturaleza mutuamente beneficiosa de la cooperación, reforzando el compromiso compartido de seguridad y defensa entre los aliados de la OTAN y Ucrania.
Conclusión
El deseo europeo de aumentar su fuerza militar adquiere una importancia crítica en el contexto del impredecible panorama geopolítico actual. Las secuelas del asalto ruso a Ucrania ponen de manifiesto la vulnerabilidad de lo que comúnmente se denomina estabilidad, revelando que Europa no estaba del todo preparada para hacer frente a la creciente belicosidad procedente de Rusia desde la década de 1990. Los procesos de rearme en curso representan un paso fundamental para reforzar la seguridad de Europa frente a la evolución de las amenazas.
En general, la aspiración al rearme supone un paso esencial para garantizar un futuro seguro y confiado a las naciones europeas, permitiéndoles defenderse frente a posibles desafíos al tiempo que mantienen los valores democráticos. Además, proporciona a Europa la oportunidad de aumentar su independencia respecto a los esfuerzos de defensa de Estados Unidos, inyectando vitalidad a la alianza de la OTAN. Este movimiento estratégico es importante, dada la naturaleza impredecible de los futuros acontecimientos geopolíticos, y subraya la necesidad de que Europa refuerce sus capacidades de defensa y fortalezca su resistencia en la búsqueda de una estabilidad duradera.
[1] Dentro del marco de cooperación adoptado el 17 de marzo de 2003, los denominados acuerdos “Berlín Plus” constituyen la base para la cooperación OTAN-UE en la gestión de crisis en el contexto de operaciones militares dirigidas por la UE que hagan uso de los medios y capacidades colectivos de la OTAN, incluyendo acuerdos de mando y ayuda en el planeamiento operativo. De hecho, permiten a la Alianza apoyar operaciones dirigidas por la UE en las que no participe la OTAN en su conjunto.
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