Por Oleksandr Bulin
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Puntos clave
- Consecuencias diplomáticas imprevistas:El apoyo de Ucrania a Israel tuvo repercusiones inesperadas en sus relaciones con los países árabes y en su posición en el Sur Global. Esta postura diplomática tensó las hasta entonces equilibradas relaciones de Ucrania en Oriente Medio y puso en entredicho sus estrategias geopolíticas.
- Fracaso a la hora de alterar la neutralidad de Israel en la guerra de Rusia contra Ucrania: A pesar de los esfuerzos de Ucrania, la estrategia para estrechar lazos con Israel e influir en su postura neutral en la guerra de Rusia contra Ucrania no tuvo éxito. La relación estratégica de Israel con Rusia siguió siendo prioritaria, lo que pone de manifiesto la compleja naturaleza de las relaciones internacionales.
- Deterioro de las relaciones con Estados árabes clave:El modelo de desarrollo chino, caracterizado por un fuerte control estatal de las industrias estratégicas y una mínima liberalización política, presenta una alternativa viable al modelo occidental. Este modelo ha demostrado que el avance económico puede producirse sin ajustarse a las normas políticas liberales. Sin embargo, la autora plantea dudas sobre la aplicabilidad universal y la sostenibilidad a largo plazo del modelo chino, dado el singular contexto demográfico y económico del país.
- Reevalución de la postura de Ucrania: Ucrania debe reevaluar su política exterior, sobre todo para mantener un enfoque equilibrado del conflicto palestino-israelí. Esto implicaría reconocer la importancia de esta cuestión para el mundo árabe y el Sur Global.
El atentado terrorista de Hamás y la posterior guerra en la Franja de Gaza provocaron unos niveles de apoyo a Israel sin precedentes en todo el mundo. Ucrania estuvo entre los Estados que apoyaron activamente a Israel al principio de la escalada. Sin embargo, los acontecimientos posteriores demostraron que esta política fue un fracaso y sólo perjudicó los intereses ucranianos.
El punto de vista ucraniano sobre el conflicto palestino-israelí
Desde la declaración de independencia de Ucrania, se han desarrollado estrechos lazos entre ambos Estados en el plano cultural. En la década de 1990, durante la Gran Aliyá del espacio postsoviético, muchos judíos se trasladaron de Ucrania a Israel. Ahora, más de 500 mil ucranianos viven en Israel, y entre ellos, aproximadamente 35 mil son miembros de familias mixtas y se consideran ucranianos étnicos.
Tras el inicio de la agresión rusa contra Ucrania en 2014, se ha popularizado una narrativa sobre las similitudes entre Ucrania e Israel como “fortalezas asediadas” que luchan contra un enemigo mayor. Israel se ha convertido en un modelo de país para el que una amenaza permanente de guerra no interfiere a la hora de proporcionar reformas y desarrollo. Por ejemplo, en 2019, durante su discurso de investidura, el presidente Volodymyr Zelenskyi dijo que los ucranianos “deben convertirse en los israelíes en la defensa de su tierra natal.”
Estos lazos relativos, unidos al concepto de Estado poderoso y muy desarrollado, capaz de defenderse de un enemigo mayor, se convirtieron en un excelente ejemplo para muchos en Ucrania.
Con un apoyo generalmente expresado a Israel, Ucrania se adhiere oficialmente a la postura de “dos Estados para dos pueblos” y mantiene relaciones diplomáticas con la Autoridad Nacional Palestina. Incluso tras el inicio de la actual guerra en la Franja de Gaza, Ucrania siguió adhiriéndose a esta postura. Así, el 12 de noviembre de 2023, Ucrania apoyó una resolución de la ONU que reconocía como ilegales los asentamientos israelíes en Cisjordania. En diciembre, el presidente Zelenskyi declaró: “Ucrania reconoce tanto al pueblo independiente de Israel como al pueblo independiente de Palestina”.
Esta política puede explicarse por el deseo de Ucrania de no estropear las relaciones con los Estados árabes y otros países del Sur Global (para los que el conflicto palestino-israelí se ha convertido en un importante punto de autodeterminación). Además, Ucrania no apoya la expansión y la ocupación israelíes, ya que ella misma es víctima de la expansión de Rusia.
Apoyo ucraniano a Israel tras el atentado de Hamás
Tras el atentado terrorista de Hamás del 7 de octubre, Ucrania prestó su apoyo a Israel. Según la encuesta de opinión pública del Instituto Internacional de Sociología de Kyiv (KIIS), el 69% de los ucranianos simpatizaba con Israel, mientras que sólo el 1% lo hacía con Palestina. El 18% dijo que simpatizaba con ambos bandos, y el 12% no supo responder.
Las acciones de los terroristas de Hamás, que mataron a unos 700 civiles y tomaron como rehenes a cientos más, se han comparado con las del ejército ruso en Ucrania. Así, el presidente Zelenskiy, en su discurso ante la Asamblea Parlamentaria de la OTAN en Copenhague el 9 de octubre, estableció un paralelismo entre el ataque de Hamás y Bucha, una ciudad de la provincia de Kyiv que se ha convertido en un símbolo mundialmente conocido de la brutalidad del ejército ruso contra los civiles. El 11 de octubre, en Bruselas, Zelenskiy hizo un llamamiento a los líderes de todos los países para que visitaran Israel. Al mismo tiempo, aparecieron informaciones sobre su próxima visita a Israel.
El gobierno ucraniano ha adoptado una postura activa a la hora de expresar su apoyo a Israel por varias razones.
En primer lugar, por el ya mencionado relato popular sobre las similitudes de Ucrania con Israel. Tras el atentado de Hamás, las autoridades ucranianas siguieron adoptándolo, comparando las acciones de Hamás con las de Rusia y afirmando que Israel y Ucrania luchan juntos contra el terrorismo.
En segundo lugar, Ucrania intentaba mejorar sus relaciones con Israel en el contexto de la lucha contra la agresión rusa. Israel adopta una posición de relativa neutralidad respecto a la guerra en Ucrania. Israel no ha impuesto ninguna sanción a Rusia desde 2014 y no ha suministrado a Ucrania armas letales, algo que Ucrania ha solicitado en repetidas ocasiones.
En tercer lugar, Ucrania esperaba utilizar el nivel sin precedentes de apoyo a Israel entre los países occidentales para atraer la atención hacia su guerra. Los últimos meses se han caracterizado por una disminución de la atención mundial a la guerra ruso-ucraniana y una disminución de la ayuda occidental a Ucrania. Además, la guerra en la Franja de Gaza ha sustituido a la guerra de Ucrania como conflicto más acuciante. Por lo tanto, al combinar las guerras de Ucrania e Israel bajo los auspicios de la lucha contra el eje del mal de Rusia e Irán y la lucha de la civilización contra la barbarie, las autoridades ucranianas intentan atraer hacia su bando parte del apoyo prestado a Israel tras el ataque de Hamás.
Sin embargo, estas acciones no condujeron al resultado deseado.
Fracaso en el fortalecimiento de las relaciones ucraniano-israelíes
Los esfuerzos de Ucrania por animar a Israel a cambiar su postura neutral en favor de Ucrania han fracasado. A pesar del apoyo expresado por los dirigentes ucranianos y de las declaraciones de que Ucrania pretende establecerse como aliado de Israel, las relaciones con Rusia siguen siendo estratégicamente importantes para Israel.
A primera vista, Rusia ha adoptado una posición antiisraelí: coopera activamente con Irán, mantiene negociaciones con los líderes de Hamás en Moscú, condena los ataques de los países occidentales contra los houthis yemeníes, a pesar de sus bombardeos contra Israel y ataques a barcos civiles, etc.
Al mismo tiempo, las relaciones ruso-israelíes siguen manteniéndose a un alto nivel. Putin ha hablado por teléfono con Netanyahu dos veces desde el 7 de octubre (Zelenskyi, por ejemplo, sólo hizo una llamada).
Rusia es uno de los principales actores en la región. Es aliada de los principales adversarios de Israel, Irán y Siria. Por lo tanto, las relaciones con Rusia son estratégicamente importantes para Israel.
Existe una opinión generalmente aceptada acerca del denominado consenso ruso-israelí sobre Siria. Israel y Rusia mantienen estrechas relaciones, y esta última, cuyas fuerzas militares se encuentran en Siria, no impide los ataques israelíes contra las fuerzas armadas de Bashar al Assad y los grupos proxy iraníes.
A pesar de la creciente colaboración entre Rusia e Irán en el ámbito militar, demostrada por la adquisición de aviones y helicópteros militares rusos, Israel pretende obstaculizar un mayor acercamiento entre Moscú y Teherán. Esto resulta especialmente evidente en los esfuerzos de Israel por impedir que Rusia apoye abiertamente a Irán en casos como un posible ataque israelí contra las instalaciones nucleares iraníes.
A pesar de las esperanzas de los ucranianos, es poco probable que la política israelí cambie a favor del envío de armas letales o sistemas de defensa antiaérea a Ucrania. Netanyahu ha declarado anteriormente que una de las razones de esta política es el temor a que las armas israelíes sean incautadas por Rusia y pasadas a Irán y Siria. Dado que la transferencia de armas de infantería capturadas por Rusia ha sido confirmada por la inteligencia ucraniana, es poco probable que Israel corra el riesgo de que sus armas acaben en manos de sus enemigos.
Pese al deseo del presidente Zelenskyi de visitar Israel y de los múltiples informes sobre la próxima visita, ésta nunca tuvo lugar. Al mismo tiempo, varios líderes occidentales: Biden, Sunak, Macron, Scholz, el primer ministro de la República Checa, Fiala, el canciller de Austria, Nemacher, y responsables de instituciones europeas realizaron visitas a Israel. En diciembre, Zelenskyi dijo que quería hacer una visita, pero al parecer, sus colegas israelíes tenían otras prioridades. Esto demuestra que Israel no da prioridad al desarrollo de las relaciones con Ucrania.
Aunque se han producido algunos avances positivos (por ejemplo, por primera vez en enero de 2024, un representante israelí asistió a una reunión sobre la “fórmula de paz” ucraniana en Davos), puede afirmarse que el deseo de Ucrania de fortalecer las relaciones con Israel apelando a la lucha contra el terrorismo de la alianza ruso-israelí ha fracasado.
A pesar del deterioro de las relaciones ruso-israelíes, que han alcanzado su punto más bajo en los últimos años, siguen siendo sólidas, y es poco probable que se produzca un cambio significativo en la política israelí respecto a la guerra en Ucrania.
Congelación de las relaciones ucraniano-árabes
Tras el inicio de la invasión rusa a gran escala, los Estados árabes, en su mayoría, intentaron adoptar una posición neutral y cooperar tanto con Ucrania como con Rusia. Los Estados árabes siguen apoyando oficialmente la integridad territorial de Ucrania, y sólo el gobierno sirio de Bashar al-Assad reconoce la anexión de territorios ucranianos. Al mismo tiempo, a pesar de los llamamientos de Ucrania, los miembros del cártel petrolero OPEP+ redujeron varias veces la producción de petróleo, lo que elevó su precio y contribuyó a reforzar la economía rusa. En cuanto a Egipto, los medios de comunicación informaron de una posible venta de proyectiles a Rusia.
Tras el periodo de neutralidad, el año 2023 comenzó con un avance positivo en las relaciones ucraniano-árabes. En febrero de 2023, el ministro de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí visitó Ucrania y anunció el suministro de ayuda a Ucrania por valor de 400 millones de dólares (300 millones en productos petrolíferos y 100 millones en ayuda humanitaria). Emiratos Árabes Unidos también aumentaron su ayuda humanitaria.
En mayo, el presidente Zelenskyi intervino como invitado en la cumbre de la Liga Árabe celebrada en Yeda (Arabia Saudí). Además, los días 5 y 6 de agosto se celebró allí la segunda reunión sobre la “fórmula de paz” de Zelenskyi.
Sin embargo, tras el 7 de octubre y las declaraciones unilaterales del presidente Zelenskyi y del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania sobre el “apoyo al derecho de Israel a defenderse y a defender a su pueblo”, las relaciones entre Ucrania y los gobiernos árabes se enfriaron. Un ejemplo de ello fue la ausencia de representantes de Arabia Saudí, EAU, Qatar y Bahréin en la tercera reunión sobre la “fórmula de paz”, celebrada los días 28 y 29 de octubre en Malta.
Por otra parte, cabe destacar las relaciones entre Ucrania y Qatar. Qatar es el socio más importante de Ucrania en Oriente Medio. Desempeña un importante papel mediador en la guerra ruso-ucraniana, ayudando a Ucrania a devolver prisioneros de guerra y niños deportados ilegalmente por Rusia. Qatar, segundo productor mundial de gas licuado por detrás de Estados Unidos, está aumentando gradualmente su producción para sustituir a Rusia como fuente de suministro de gas a Europa. En este caso, los intereses ucranianos y qataríes coinciden.
Al mismo tiempo, Qatar es el segundo Estado socio más importante (después de Irán) de Hamás. También es un importante mediador en el conflicto palestino-israelí. La política exterior qatarí en Oriente Medio se caracteriza por su apoyo a las organizaciones militantes islamistas al tiempo que actúa como mediador en los conflictos.
Por tanto, la continuación de este apoyo unilateral de Ucrania a Israel podría socavar la cooperación con Doha, que es estratégicamente importante para Kyiv.
Posteriormente, Ucrania tuvo que ajustar su postura y hacer más hincapié en la necesidad de que ambas partes cumplieran las normas de la guerra y el derecho internacional, y también en que Ucrania reconoce tanto al pueblo israelí como al palestino.
Aunque parece que la congelación de las relaciones árabe-ucranianas ha pasado y la cooperación activa continúa en 2024, la incapacidad de Ucrania para ofrecer una política equilibrada a tiempo podría provocar nuevas crisis en el futuro.
El destino de la agenda común entre Ucrania e Israel
El atentado de Hamás y la guerra posterior desplazaron a la guerra de Ucrania como acontecimiento geopolítico de primer orden. Esto amenazaba la posible reorientación de la ayuda occidental de Ucrania a Israel. Por ello, las autoridades ucranianas intentaron combinar las guerras de Ucrania y la Franja de Gaza en un único relato de la lucha contra el eje del mal ruso-iraní. Sin embargo, esta cobertura no contribuyó a aumentar la ayuda a Ucrania.
Los últimos meses de 2023 se caracterizaron por una disminución de la ayuda de los socios occidentales hasta los niveles más bajos desde el comienzo de la invasión a gran escala. Al mismo tiempo, se reveló que los proyectiles, que se suponía iban a ser transferidos a Ucrania, fueron entregados en su lugar a Israel.
Ucrania ha logrado algunos avances en Estados Unidos, donde la administración Biden ha introducido un gasto adicional en ayuda a Ucrania, Israel, los países de la región Indo-Pacífica y la protección de la frontera sur de Estados Unidos.
Este paquete aún no ha sido aceptado por diversas razones. Entre otras cosas, se hizo evidente que los republicanos son más proclives a votar a favor de la ayuda a Israel que a Ucrania. Por ejemplo, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, presentó el 30 de octubre un plan de ayuda independiente para Israel que no incluye a Ucrania. La Casa Blanca anunció que el presidente Biden vetará el proyecto de ley si se aprueba.
Esta situación demuestra que si los republicanos ganan las elecciones presidenciales y al Congreso en otoño, Estados Unidos preferirá centrarse en apoyar a Israel que a Ucrania. Las razones son el fuerte lobby proisraelí en Estados Unidos, especialmente fuerte en el Partido Republicano, así como la “fatiga” por la guerra en Ucrania, que en los últimos meses se ha ido posicionando cada vez más.
Al no conseguir resultados significativos en la agenda mediática de Occidente, Ucrania perjudicó su posición en los países del llamado Sur Global. Tras el comienzo de la invasión a gran escala, se hizo patente la incapacidad ucraniana para ganarse al Sur Global. Dado que la cuestión palestina se ha convertido en uno de los factores críticos para la autodeterminación de los países de esta parte del mundo, el apoyo a Israel por parte de Ucrania y sus socios occidentales debilita aún más las posiciones ucranianas en el Sur Global.
Ha surgido un relato según la cual Occidente está siendo hipócrita al prestar atención al sufrimiento de los civiles ucranianos mientras hace la vista gorda ante el mismo sufrimiento de los palestinos. La propaganda rusa está utilizando activamente la guerra en Gaza y el apoyo de los países occidentales a Israel para sus propios fines. En el Sur Global se percibe a Israel principalmente como un ocupante. Por lo tanto, los esfuerzos de Ucrania por identificarse con Israel han dañado definitivamente su posición en la región.
Se puede afirmar que los intentos ucranianos de crear una narrativa internacional única en torno a Ucrania e Israel no han logrado resultados significativos en los países occidentales y han dañado las relaciones de Ucrania con los países del Sur Global.
Conclusiones
Tras el comienzo de un nuevo giro del conflicto palestino-israelí, Ucrania apoyó a Israel, persiguiendo varios de sus objetivos. Esta política en su conjunto puede calificarse de fracasada: no dio el resultado deseado, puso en pausa relaciones estratégicamente importantes con los Estados árabes y dio una oportunidad a la propaganda rusa. Por lo tanto, últimamente, Kyiv ha tenido que ajustar su posición en una dirección más moderada.
Más adelante, los políticos y diplomáticos ucranianos deberían prestar más atención a la relación estratégicamente importante de Israel con Rusia, así como a la importancia de la cuestión palestina para el mundo árabe y todo el Sur Global.
Sólo mediante la construcción de una política equilibrada en relación con el conflicto palestino-israelí la política exterior ucraniana podrá lograr resultados positivos.
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