Opinión: Cómo Ucrania condiciona la postura de China ante Rusia

A medida que se desarrolla la guerra de Rusia contra Ucrania, la relación entre China y Rusia ha sido objeto de un intenso escrutinio. A pesar de su aparente asociación, hay indicios de que China mantiene una ambigüedad estratégica en su relación con Rusia.

Durante años, China y Rusia se han presentado como socios estrechos. Sin embargo, los recientes acontecimientos en Ucrania han demonstrado las grietas en su relación. Un ejemplo flagrante es la decisión de Rusia de emplazar armas nucleares tácticas en Belarús, poco después de acordar con China que ningún país desplegara armas nucleares en el extranjero. Esta medida plantea dudas sobre el compromiso de Rusia con sus acuerdos con China, y sobre si China puede confiar en su impredecible vecino.

La reciente reunión de Putin con el ministro de Defensa chino, Li Shangfu, en Moscú pone de manifiesto las limitadas opciones diplomáticas del presidente ruso, cuya posición internacional se ha visto dañada por la invasión de Ucrania. Al reunirse con Li, Putin pretende demostrar que aún mantiene contactos de alto nivel, a pesar de las críticas de China por el despliegue de armas nucleares tácticas en Belarús y del distanciamiento de numerosos líderes mundiales.

Foto: Sputnik/Pavel Bednyakov/Pool

Dado que Li no es un homólogo equivalente a Putin, su encuentro puede implicar inadvertidamente la superioridad percibida de China, enfatizando la asimetría en las relaciones entre China y Rusia. Como Rusia y China pretenden ser partes iguales en su “Asociación sin límites”, Putin y los medios de comunicación rusos se ven obligados a reafirmar constantemente su colaboración para mantener las apariencias, incluso cuando luchan por conseguir auténticos aliados.

La reciente conversación telefónica entre el presidente chino, Xi Jinping, y el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyi, en su primera conversación conocida desde la invasión rusa, significa un sutil cambio en la postura de China. El compromiso continuado de China con Ucrania, especialmente en un momento en que este país ha demostrado tenacidad y resistencia frente a la agresión rusa, ilustra que Pekín reconoce la creciente fortaleza de Ucrania.

El marcado contraste entre la supuesta victoria rápida y el prolongado conflicto, que ha puesto de manifiesto las limitaciones militares de Rusia, puede hacer que China se replantee sus cálculos estratégicos. La firme postura de Zelenskyi sobre la integridad territorial de Ucrania, unida al énfasis de Xi en el respeto mutuo de la soberanía, subraya el reconocimiento chino de la fortaleza de Ucrania, que se alinea con el respeto de Pekín por la fortaleza y la estabilidad. El nombramiento de Li Hui, un experimentado diplomático con un profundo conocimiento de Rusia, como enviado a Ucrania muestra la seriedad de China a la hora de posicionarse como pacificador en el conflicto. Este reposicionamiento estratégico indica que China se está alejando gradualmente de un enfoque centrado en Rusia y está dispuesta a comprometerse más directamente con Ucrania. Con ello, China demuestra su capacidad para adaptar su política exterior al cambiante panorama geopolítico, caracterizado por la “inesperadamente” prolongada guerra ruso-ucraniana. A la inversa, la relación entre China y Rusia no está exenta de complejidades.

Li Hui, representante especial de China para asuntos euroasiáticos, viajará a Ucrania y Rusia.
Foto: Weibo

En primer lugar, el planteamiento de China respecto a los movimientos separatistas contrasta claramente con el de Rusia. Mientras que China siempre ha considerado Taiwán parte de su territorio y ha tratado con hostilidad a los movimientos separatistas, Rusia ha apoyado activamente y establecido “repúblicas” separatistas en países como Moldova, Georgia y Ucrania. Esta diferencia de estrategias puede crear malestar entre ambas naciones, ya que China puede considerar que las acciones de Rusia socavan la integridad territorial de Estados soberanos, un principio que Pekín considera muy importante.

Históricamente, tanto China como Rusia están dirigidas por regímenes autoritarios que ambicionan que sus respectivos países se conviertan en potencias mundiales de primer orden. Sin embargo, sus ambiciones comunes no garantizan una relación armoniosa. La competencia por la influencia y los recursos, junto con las diferencias en sus objetivos estratégicos, podrían dar lugar a una rivalidad más que a una asociación.

Aunque China se ha abstenido de condenar abiertamente la invasión rusa de Ucrania, su postura ambigua sugiere un esfuerzo calculado por mantener una posición neutral. La neutralidad de China es, sin lugar a dudas, prorusa. Esto implica que China puede ser cautelosa a la hora de alinearse demasiado estrechamente con Rusia, dadas sus agresivas acciones y la posible reacción de la comunidad internacional.

La cobertura de la guerra por parte de los medios de comunicación chinos también ha sido notablemente moderada en 2023, posiblemente para evitar enemistarse con cualquiera de las partes. Este cuidadoso enfoque refleja la conciencia del gobierno chino de los riesgos potenciales asociados a la adopción de una postura firme en la materia.

A pesar de la apariencia de una sólida asociación, existen claras diferencias en sus estrategias y objetivos. La ambigua postura de China sobre Ucrania, junto con su cauteloso planteamiento de su relación con Rusia, revela la posibilidad de una creciente ruptura entre ambas potencias.

La aparente neutralidad de China en la guerra ruso-ucraniana puede obedecer a múltiples factores, entre ellos consideraciones económicas y el deseo de mantener asociaciones estratégicas. Mientras Estados Unidos y sus aliados imponen estrictas sanciones a Rusia, China ha sabido aprovechar la situación en su beneficio, asegurándose el acceso a recursos energéticos baratos y abriendo nuevas oportunidades comerciales.

Una de las formas en que China aprovecha la situación es comprando combustible y gas baratos a Rusia. Mientras las naciones occidentales imponen sanciones a las exportaciones energéticas rusas, China ha aumentado considerablemente sus importaciones de petróleo y gas natural rusos. En 2022, el comercio global de China con Rusia alcanzó un aumento del 30% en comparación con el año anterior. Este aumento del comercio ha convertido a China en el socio comercial más importante de Rusia, sobre todo porque el comercio de Rusia con los países occidentales se desplomó tras su invasión de Ucrania.

Además de los recursos energéticos, China ha ido ampliando su capacidad de producción militar y ahora es el cuarto exportador de armas del mundo. Aunque Estados Unidos acusa a las empresas chinas de proporcionar “apoyo no letal” a Rusia, los expertos sugieren que Pekín también puede estar vendiendo en secreto productos de alta tecnología que podrían utilizarse con fines militares, como semiconductores y aviones no tripulados civiles. Explotando la zona gris entre aplicaciones civiles y militares, China puede seguir apoyando los esfuerzos militares de Rusia manteniendo una negación plausible.

La economía china se ha visto sometida a presiones en los últimos años, mientras la nación trabaja continuamente en el aumento de sus capacidades militares para llevar a cabo futuras operaciones militares contra Taiwán. Al mantener una postura neutral sobre la invasión rusa de Ucrania, China puede evitar nuevas sanciones de Estados Unidos y sus aliados, al tiempo que sigue beneficiándose de su relación con Rusia. Esta estrategia permite a China reforzar su posición en la escena mundial sin apoyar abiertamente las acciones agresivas de Rusia. Por un lado, permite a China evitar sanciones económicas por proporcionar a Rusia el equipo y las armas que necesita. Por otro, permite a China explotar la vulnerabilidad de Rusia y acceder a valiosos recursos y oportunidades comerciales. Este enfoque calculado ilustra la aguda conciencia china de las implicaciones geopolíticas de la guerra ruso-ucraniana y su capacidad para navegar por el complejo panorama en su propio beneficio.

Es crucial que los responsables políticos y los expertos reconozcan las motivaciones económicas y estratégicas subyacentes tras la ambigua postura china. Comprender estas motivaciones será esencial para anticipar futuros acontecimientos geopolíticos y formular respuestas adecuadas. Occidente debería reconsiderar cuidadosamente su preocupación por proporcionar un amplio apoyo a Ucrania, ya que ello no tiene por qué empujar a Rusia más hacia la esfera de influencia de China.

China se muestra cautelosa ante la perspectiva de ser sancionada y es consciente de los riesgos que conlleva alinearse demasiado estrechamente con Rusia. Las importantes pérdidas bélicas que Rusia ha sufrido en Ucrania pueden llevar a una reevaluación china de la fortaleza militar de Rusia, ya que su imagen de invencibilidad, propagada anteriormente, ha quedado en entredicho por la realidad sobre el terreno. China, como actor estratégico global, tiende a alinearse con las naciones que demuestran fortaleza y estabilidad.

Al proporcionar un amplio apoyo a Ucrania, Occidente puede mostrar su determinación y compromiso con el mantenimiento de la seguridad mundial, lo que podría disuadir a China de estrechar aún más sus lazos con Rusia.

Maksym Skrypchenko, Presidente del Centro de Diálogo Transatlántico