Límites Inciertos: ¿Responderá la OTAN a las Constantes Amenazas de Rusia?

Por Kateryna Rassolova

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Puntos clave

  • Guerra híbrida rusa: Moscú utiliza tácticas híbridas, como el sabotaje, los ciberataques y las violaciones del espacio aéreo, para poner a prueba la determinación de la OTAN y evitar al mismo tiempo un conflicto abierto.
  • Violaciones frecuentes del espacio aéreo: Incidentes como la caída de drones en Rumanía, Letonia y Polonia demuestran la persistencia de las provocaciones rusas.
  • Operaciones de sabotaje: Las interrupciones de cables submarinos, los incendios de fábricas y los ciberataques a miembros de la OTAN ponen de manifiesto la capacidad de Rusia para desestabilizar a través de medios no convencionales.
  • Ambigüedad del Artículo 5: El mecanismo de defensa colectiva de la OTAN no está claro a la hora de abordar las amenazas híbridas.
  • Preparación de los Estados miembros: Algunos países ya están tomando medidas para reforzar sus defensas, como el aumento del gasto militar y el establecimiento de marcos legales para contrarrestar las violaciones del espacio aéreo.
  • Respuestas fragmentadas: La falta de una estrategia unificada de la OTAN, agravada aún más por la ambivalencia de Donald Trump hacia la defensa colectiva, coloca la carga en los Estados miembros individuales y plantea preocupaciones sobre la credibilidad de la Alianza y las capacidades de disuasión a largo plazo.

El 19 de octubre de 2024, se avistó un objeto volador no identificado sobre Rumanía. Esa misma noche, Ucrania sufrió un nuevo ataque por parte de Rusia. Moscú lanzó unos 98 drones y seis misiles con el objetivo de debilitar las infraestructuras críticas de Kyiv. Este incidente se produce justo un día después de otro similar, el 18 de octubre, cuando se detectaron objetivos en el espacio aéreo rumano durante otro ataque de Rusia. Aunque los objetos tienden a desaparecer de los radares antes de que las fuerzas rumanas puedan detectar su origen, los acontecimientos de la guerra ruso-ucraniana, a solo una frontera de distancia, sugieren que lo más probable es que procedan de Moscú.

Este es solo un ejemplo de los muchos que han ocurrido en Rumanía y otros Estados miembros de la OTAN. Se avistaron objetos voladores sospechosos sobre Alemania, se estrelló un vehículo aéreo supuestamente ruso en Letonia y dos helicópteros bielorrusos violaron el espacio aéreo polaco. Aunque muchos de estos incidentes se tachan de ‘no intencionados‘, son una señal de advertencia de que la amenaza rusa a la OTAN puede ser más grave de lo que se cree.

La lucha contra las amenazas a la seguridad es una piedra angular para la Organización del Tratado del Atlántico Norte y su tratado fundacional cuenta con un mecanismo para respaldarla: el Artículo 5. Sin embargo, dadas las escasas ocasiones en las que se ha invocado y los temores ante una escalada de la guerra ruso-ucraniana, todavía no está claro si se activará en caso de que el conflicto se extienda más allá de las fronteras ucranianas y si los miembros de la OTAN creen siquiera que deba hacerse. Además, en una época en la que las amenazas híbridas desafían cada vez más los paradigmas tradicionales de seguridad, surgen dudas sobre la preparación de la OTAN para hacerles frente. Este artículo pretende analizar qué implica exactamente el Artículo 5, en qué casos puede aplicarse, si es suficiente para hacer frente con eficacia a las amenazas híbridas y cómo tratan los Estados miembros la posibilidad de invocar este mecanismo contra Moscú.

¿Amenaza Rusia a la OTAN?

Resultaría equivocado sostener que la guerra ruso-ucraniana se limita estrictamente a las fronteras de Ucrania. Aunque no se ha producido un ataque armado directo contra el territorio de la OTAN, un informe del personal de la Comisión de Helsinki de Estados Unidos sugiere que Rusia ha estado librando una ‘guerra encubierta‘ contra la alianza desde 2022.

En mayo de 2022, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que la OTAN estaba llevando a cabo una ‘guerra híbrida total‘ contra Rusia, al parecer comparando el apoyo incondicional de Ucrania y las sanciones contra Rusia con operaciones de guerra híbrida. Evidentemente, Moscú decidió responder a la denominada “guerra híbrida total” con una guerra híbrida real propia en toda la zona euroatlántica (véase la Figura 1).

Figura 1. Ilustración no exhaustiva de las operaciones híbridas rusas presuntas y atribuidas en territorio de la OTAN desde febrero de 2022 hasta noviembre de 2024. Fuente: Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa

El informe señala que, desde 2022, se han llevado a cabo numerosas operaciones contra Estados miembros de la OTAN atribuidas a Rusia. De ellas, aproximadamente un tercio fueron campañas electorales y de información, y otro tercio fueron ataques contra infraestructuras críticas. Una de cada diez operaciones fue una campaña de migración armada (es decir, una crisis fronteriza artificial), y una de cada cinco fue una campaña de violencia (es decir, actos de vandalismo o terrorismo) (véase la Figura 2). Los ataques van desde pintadas antisemitas en Francia e interrupciones de la señal GPS desde Kaliningrado hasta un ataque de ransomware que interrumpió el funcionamiento de miles de farmacias en Estados Unidos y un intento de bombardeo de una fábrica de pintura en el suroeste de Polonia por parte de agentes rusos o bielorrusos.

Figura 2. Porcentaje de operaciones híbridas rusas presuntas y atribuidas en 4 categorías clave de febrero de 2022 a noviembre de 2024. Fuente: Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa

Se sospecha que Rusia está detrás de graves campañas de sabotaje como el incendio de una fábrica alemana en Berlín en junio de 2024 y de un centro comercial en Varsovia en mayo de 2024. En noviembre de 2024, el cable de comunicación entre Lituania y Suecia resultó dañado, reduciendo el ancho de banda de Internet en la zona. Mientras tanto, la transmisión de datos entre Finlandia y Alemania ha quedado completamente interrumpida debido a una rotura de cable similar. Ese cable era la única conexión directa de este tipo entre Finlandia y Europa Central, y discurría junto a otras infraestructuras submarinas críticas, como gasoductos y cables eléctricos. Ambos incidentes se produjeron pocas semanas después de que Estados Unidos denunciara un aumento de la actividad militar rusa en torno a los principales cables submarinos.

Además de las amenazas no tradicionales, Rusia (y, en ocasiones, Bielorrusia) es también sospechosa de violar directamente el espacio aéreo de los Estados miembros de la OTAN. Algunos incidentes destacados incluyen los ocurridos en Rumanía (donde se registraron objetos voladores no identificados, algunos de los cuales fueron identificados como provenientes de Rusia, incluyendo el accidente de un dron en el condado de Tulcea), Alemania y Letonia. Se deben mencionar algunos casos más que suscitan sospechas, como el ocurrido en septiembre de 2024 en el aeropuerto sueco de Estocolmo Arlanda. Unos drones no identificados interfirieron en las instalaciones, lo que provocó que los aviones que se dirigían allí cambiaran su ruta y aterrizaran en otros aeropuertos. La policía sueca comentó que este acto podría haber sido intencionado, aunque ‘no puede responder a la finalidad. ‘ Suecia no pudo identificar de qué objeto volante se trataba, lo que dificultó la adopción de medidas concretas. Sin embargo, los servicios especiales alemanes sospechan que los drones eran los modelos rusos Orlan-10, y Letonia llegó a identificar que el objeto en su aire era un dron del tipo Shahed 136.

Como si lo anteriormente mencionado no fuera suficientemente notable, es imperativo señalar que los incidentes van aún más lejos. En marzo de 2022, un dron de la era soviética (identificado posteriormente como un avión de reconocimiento TU-141) con explosivos sobrevoló Rumanía y Hungría sin que las fuerzas locales reaccionaran y se estrelló en Croacia. Nunca se confirmó que la aeronave fuera rusa. De acuerdo con los investigadores, en la aeronave se halló una estrella roja pintada en azul y amarillo, los colores de la bandera ucraniana. Varios meses después, en diciembre de 2022, las autoridades croatas, rumanas y húngaras afirmaron tener conocimiento de la identidad del operador del vehículo aéreo no tripulado, pero la información se clasificó como secreto de Estado.

Moscú no solo lleva a cabo este tipo de provocaciones de forma encubierta. Últimamente, ha sido bastante explícito en sus amenazas a la OTAN. El 16 de diciembre de 2024, el ministro de Defensa ruso, Andréi Beloúsov, declaró en una reunión conjunta con el presidente Vladímir Putin que ‘el Ministerio de Defensa de Rusia debe estar preparado para cualquier desarrollo de los acontecimientos, incluido un posible conflicto militar con la OTAN en Europa en la próxima década.En la misma reunión, Putin reclamó que Estados Unidos, con sus ‘armas y dinero‘ que utilizan para ‘bombear al régimen gobernante ilegítimo de facto en Kyiv,‘ llevan a Rusia ‘a la línea roja a través de la cual nosotros [Rusia] ya no podemos retroceder.

‘El Ministerio de Defensa de Rusia debe estar preparado para cualquier desarrollo de los acontecimientos, incluido un posible conflicto militar con la OTAN en Europa en la próxima década,‘ dijo Andréi Beloúsov. | Pool photo by Grigory Syosev/Sputnik/EPA-EFE. Fuente: POLITICO

Es posible que Rusia no haya llevado a cabo un ataque armado explícito contra el territorio o las fuerzas de los países pertenecientes a la OTAN. Esta acción podría ser considerada como una medida inteligente, ya que resulta difícil determinar si estas provocaciones se enmarcan directamente dentro del ámbito de aplicación del Artículo 5. Sin embargo, el alcance y la variedad de los incidentes son tan amplios que no puede descartarse el peligro que implican. Con estas actividades de sabotaje, Rusia parece estar poniendo a prueba a la OTAN. Y desgraciadamente, mientras Moscú no obtenga una respuesta firme y decidida, podría tomárselo como un visto bueno para ir aún más lejos. En estos momentos, sus operaciones podrían tener como objetivo causar confusión y demostrar hasta dónde pueden llegar su poder e influencia. Pero con el tiempo, al asegurarse de que nadie se resiste, podría atacar a la OTAN de forma más directa.

Exploración del artículo 5: ¿Será Suficiente para Contrarrestar el Ataque?

El Artículo 5 es famoso por su ambigüedad, que tiene su origen en el propio texto del tratado. La parte más conocida del artículo reza así, ‘Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será con-siderado como un ataque dirigido contra todas ellas…‘. Sin embargo, la parte más importante viene después, ‘…y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte‘. Así, el Artículo 5 no obliga a ningún Estado miembro a desplegar sus fuerzas armadas y contraatacar inmediatamente. Por el contrario, los Estados sólo están obligados a ‘ayudar‘ a la Parte o Partes atacadas. Corresponde a los Estados miembros determinar en qué debe consistir la asistencia, y dado que el tratado no proporciona la lista exacta, podría significar simplemente imponer sanciones económicas al agresor.

Esta ambigüedad se incorporó a propósito en el tratado fundacional. Durante las deliberaciones sobre el texto del documento en 1948-1949, Estados Unidos mostraba reservas respecto a cualquier compromiso militar. En aquella época, una proporción significativa de la población estadounidense respaldaba el aislacionismo, una política que promovía la no intervención en los asuntos europeos.

Además, el Artículo 6 aclara el Artículo 5. Dice así, ‘A efectos del Artículo 5, se considerará ataque armado contra una o varias de las Partes, el que se produzca:

  • Contra el territorio de cualquiera de las Partes en Europa o en América del Norte, contra los departamentos franceses de Argelia3, contra el territorio de Turquía o contra las islas bajo la jurisdicción de cualquiera de las Partes en la zona del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer.
  • Contra las fuerzas, buques o aeronaves de cualquiera de las Partes que se hallen en estos territorios, así como en cualquier otra región de Europa en la que estuvieran estacionadas fuerzas de ocupación de alguna de las Partes en la fecha de entrada en vigor del Tratado, o que se encuentren en el Mar Mediterráneo o en la región del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer.

Por lo tanto, el mecanismo de defensa colectiva solo se activa cuando el ataque armado se ha llevado a cabo precisamente contra el territorio de cualquiera de los Estados miembros o sus fuerzas, buques o aeronaves. De acuerdo con esta redacción, el mero acto de violar el espacio aéreo de los Estados miembros por parte de drones rusos no entra en ninguna de estas categorías.

Artículos 4 y 5 en Acción

También merece la pena mencionar el Artículo 4, que establece que ‘Las Partes se consultarán cuando, a juicio de cualquiera de ellas, la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las Partes fuese amenazada.‘ Esencialmente, otorga a cualquier Estado miembro el derecho a invocar formalmente este artículo poniendo sobre la mesa de debate cualquier cuestión de seguridad que considere preocupante, animando a las demás partes a consultarse.

A diferencia del Artículo 5, el Artículo 4 no implica más compromisos que la necesidad de participar en los debates. Tal vez por eso se ha recurrido a él en siete ocasiones desde principios del siglo XXI. Cinco de ellos procedieron de Turquía, uno fue iniciado por Polonia en 2014 como consecuencia del inicio de la guerra de Rusia contra Ucrania, y otro fue el resultado de una petición conjunta de Bulgaria, Chequia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia el 24 de febrero de 2022, preocupados por la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia.

En dos casos con Turquía, las consultas terminaron con el acuerdo de la OTAN sobre determinadas medidas defensivas, a saber, la Operación Display Deterrence en 2003 y el despliegue de misiles Patriot en 2012. Curiosamente, el motivo del caso de 2003 fue la guerra en el vecino Irak, y el de 2012, la muerte de cinco residentes turcos en la ciudad fronteriza de Akçakale a causa de proyectiles sirios.

Se aborda que el Artículo 4 es aún más ambiguo que el Artículo 5. Por lo tanto, aquí mucho depende de la voluntad política de los Estados miembros y de su interpretación de lo que significa una amenaza para la seguridad. Después de que se produjera un incidente bastante similar en Polonia en noviembre de 2022, el entonces Presidente polaco, Andrzej Duda, excluyó la posibilidad de invocar el artículo 4. Esta afirmación se vio ampliada por los resultados de la investigación sobre el caso. Esta afirmación se vio ampliada por los resultados de la investigación, que indicaron que el misil que mató a dos residentes polacos no pertenecía a Rusia, sino a la defensa antiaérea ucraniana. ‘No hay nada, absolutamente nada, que sugiera que fue un ataque intencionado contra Polonia,‘ añadió Duda.

Mientras tanto, el Artículo 5 solo se ha invocado una vez. La solicitud de hacerlo se hizo por unanimidad menos de 24 horas después de los atentados terroristas contra Estados Unidos perpetrados por Al-Qaeda el 11 de septiembre de 2001. La OTAN no tomó una decisión inmediatamente. En primer lugar, esperaron a determinar que los atentados habían procedido del exterior y entraban dentro del ámbito de aplicación del Artículo 5.

En octubre, una vez finalizada la investigación y activado el mecanismo, la OTAN acordó un paquete de medidas defensivas que incluía dos operaciones militares. Sin embargo, un examen más detallado del caso ilustra bastante bien la falta de obligaciones significativas en virtud del Artículo 5. En primer lugar, en la operación Eagle Assist, la tripulación de 830 personas estaba formada por personal de 13 países de la OTAN, mientras que el número total de estados miembros en 2001 era de 19. Por lo tanto, algunos estados miembros no enviaron tropas. Por lo tanto, algunos estados miembros no enviaron fuerzas – y no estaban obligados a hacerlo. Además, es importante tener en cuenta que la única vez que se invocó el mecanismo de defensa colectiva fue cuando su miembro más poderoso e influyente estaba en peligro. Esto sugiere que un movimiento tan masivo es en gran medida político y, por tanto, sólo puede producirse si entra dentro de los intereses nacionales de los países de la alianza.

La Respuesta de la OTAN a la Amenaza Rusa: ¿Considera el Artículo 5?

Desde 2014, la OTAN reconoce a Rusia como una amenaza primaria para su seguridad, lo que supone un cambio drástico respecto a su Concepto Estratégico de 2010, que hacía hincapié en la cooperación con Moscú. Este cambio fue impulsado por la anexión rusa de Crimea y su guerra de agresión contra Ucrania. El Concepto Estratégico 2022 reconoce a Rusia como la ‘amenaza más significativa y directa‘ para la seguridad euroatlántica, destacando su uso de tácticas convencionales, cibernéticas e híbridas, así como su desprecio por los acuerdos internacionales. A pesar de ello, la OTAN reitera su compromiso de mantener abiertos los canales de comunicación con Rusia para gestionar los riesgos, prevenir la escalada y aumentar la transparencia.

No está claro a qué ‘canales de comunicación‘ se refiere el concepto. Podría tratarse de negociaciones y tratados de paz, pero la cuestión es que, hasta ahora, Rusia ha violado la mayoría de los tratados internacionales que ha firmado. En particular, los Acuerdos de Minsk fueron desatendidos por Moscú cuando bombardeó repetidamente las regiones de Donetsk y Luhansk – en 2015, ya habían sido violados más de 4000 veces. Los Convenios de Ginebra fueron desatendidos cuando las fuerzas armadas rusas cometieron innumerables crímenes de guerra en la guerra contra Ucrania. En 2008, cuando se negoció el alto el fuego para la guerra contra Georgia, Rusia prometió retirar sus fuerzas a las posiciones anteriores a la guerra, pero no cumplió esta promesa. Esta tendencia no deja mucho margen para el optimismo en lo que respecta a mantener abiertos los canales de comunicación con Moscú.

Por otro lado, como la guerra ruso-ucraniana no ha cesado después de dos años y medio, la retórica de los líderes de la OTAN ha sido cada vez menos optimista. En diciembre de 2024, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dijo que había llegado el momento de ‘cambiar a una mentalidad de guerra‘ porque Moscú se estaba ‘preparando para una confrontación a largo plazo con Ucrania y con nosotros,‘ y los Estados miembros ‘no están preparados para lo que se les viene encima dentro de cuatro o cinco años.‘ Con esta advertencia, quiso subrayar que la Alianza necesita aumentar significativamente su gasto en defensa, porque ni siquiera el 2% es suficiente. De momento, 8 países no han alcanzado ese objetivo: Croacia, Portugal, Italia, Canadá, Bélgica, Luxemburgo, Eslovenia y España (véase el Gráfico 3).

Gráfico 3. Gasto en defensa como porcentaje del PIB (%). Basado en precios y tipos de cambio de 2015. Nota: Las cifras para 2024 son estimaciones. Fuente: OTAN

En junio de 2024, el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, llegó a admitir la posibilidad de que Rusia atacara a la OTAN. Señaló que aunque un ataque ruso no es probable ‘por ahora,‘ los expertos ‘esperan un periodo de cinco a ocho años en el que esto podría ser posible.‘ Se refirió a cómo el escenario de 2022 parecía antes imposible para Occidente, pero ‘Rusia está desafiando a la lógica,‘ por lo que ‘deben estar preparados para cualquier escenario.‘

Por último, en noviembre de 2024, el jefe del Servicio Federal de Inteligencia alemán, Bruno Kahl, intervino en un acto del grupo de expertos DGAP en Berlín y afirmó que era probable que Rusia intensificara sus operaciones híbridas y consideró una posibilidad la invocación del Artículo 5 como respuesta. Explicó que ‘El amplio uso de medidas híbridas por parte de Rusia aumenta el riesgo de que la OTAN considere eventualmente invocar su cláusula de defensa mutua del Artículo 5. Al mismo tiempo, el creciente aumento del potencial militar ruso significa que una confrontación militar directa con la OTAN se convierte en una posible opción para el Kremlin.‘

En su opinión, si Rusia ataca a uno o varios países de la OTAN, es poco probable que ocupe grandes territorios – más bien cree que pondría a prueba las líneas rojas establecidas por Occidente. En esencia, esto es lo que Rusia ha estado haciendo hasta ahora y a lo que Occidente ha respondido con cautela – entonces, ¿se invocará realmente el Artículo 5 en caso de un ataque directo, abierto y armado? El jefe de inteligencia afirmó que altos funcionarios del Ministerio de Defensa ruso lo dudan. Esto debería ser una señal de alarma para la Alianza – si no intensifica su defensa y muestra resistencia ahora, Rusia seguirá debilitando aún más la seguridad euroatlántica.

Preparación de los Estados Miembros para un Ataque Auso

El temor a un posible ataque ruso contra la OTAN se ha extendido también entre otros funcionarios. En enero de 2024, el jefe de defensa sueco, Micael Byden, declaró que todos los suecos debían prepararse mentalmente para el conflicto. En Gran Bretaña, el entonces jefe del Ejército, el general Patrick Sanders, instó a los residentes británicos a prepararse para un nivel de movilización no visto desde la Segunda Guerra Mundial (aunque posteriormente su jefe le criticó por una afirmación tan atrevida). En Alemania, los funcionarios creían que Moscú podía lanzar misiles contra los países de la OTAN. Por este motivo, la OTAN pidió a los aliados que vincularan la planificación militar y la civil. El Almirante de la Marina Real de los Países Bajos, Rob Bauer, que preside el Comité Militar de la OTAN, explicó, ‘Las instituciones financieras tienen un papel que desempeñar. La industria también. Necesitamos la infraestructura adecuada en nuestros países para transportar equipos militares por carreteras y puentes. Un puente tiene que poder transportar un tanque.‘ Además de esto, la OTAN también tendrá que resolver la cuestión de desenredar las carreteras y las redes de transporte en una guerra, en caso de que toneladas de personas se desplacen hacia el oeste mientras los tanques y los trenes logísticos lo hacen hacia el este.

En el contexto de los drones rusos que violan el espacio aéreo de la OTAN, el general James Hecker, comandante de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa y del Mando Aéreo Aliado de la OTAN, subrayó la necesidad de mejorar los sistemas de defensa aérea y antimisiles, ya que cree que en el futuro habrá más intrusiones de este tipo. Sin embargo, hasta ahora la reacción de los Estados miembros ante los innumerables incidentes de violación del espacio aéreo contrasta drásticamente con los llamamientos antes mencionados a reforzar la seguridad ante la amenaza rusa.

Las víctimas de estas violaciones nunca han admitido abiertamente que los incidentes fueran intencionados. Se ocultó la identidad del Estado responsable del accidente de un dron en Croacia en abril de 2022. El incidente de agosto de 2023, en el que helicópteros bielorrusos sobrevolaron Polonia, tampoco fue suficiente para que Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, afirmara que la alianza estaba preparada para invocar el Artículo 5. Incluso Letonia, que reconoció abiertamente que el dron que sobrevolaba su espacio aéreo era ruso, restó oficialmente importancia al suceso. El Ministro de Defensa declaró que no se podía considerar una ‘escalada militar abierta‘ y aseguró que Letonia no era el objetivo previsto del dron.

Rumanía, por su parte, puede haber sido más decisiva, ya que ha denunciado los incidentes como violaciones del derecho internacional. En octubre de 2024, se apresuró a conseguir dos cazas F-16 y dos F-18 españoles para misiones de policía aérea. Rutte pidió a Rumanía que ‘responda rápida y eficazmente‘ a las violaciones de su espacio aéreo, subrayando que la defensa aérea sigue siendo una prioridad para la Alianza. En una ocasión, cazas de la OTAN persiguieron un dron Shahed que sobrevolaba Rumanía.

Soldados croatas investigan el lugar donde se estrelló un dron militar en Zagreb, Croacia, el 11 de marzo de 2022. El Ministerio de Defensa croata confirmó que un dron militar no identificado se estrelló en el centro de Zagreb el 11 de marzo. Foto: EPA EFE/ANTONIO BAT. Fuente: Balkan Insight

Al principio, las autoridades rumanas mencionaron que no podían derribar directamente los drones, ya que estaba prohibido por la legislación rumana. La promesa de cambio llegó en diciembre de 2024, cuando Bucarest aprobó dos proyectos de ley que establecen protocolos para el manejo y derribo de objetos extraños que entren en su espacio aéreo en tiempos de paz. Sin embargo, aún deben ser votados por el Parlamento y promulgados por el presidente para entrar en vigor.

Últimamente, Polonia también se ha mostrado más firme con Rusia. Aunque Miller descartó la posibilidad de invocar el Artículo 5 tras el incidente de los helicópteros bielorrusos, el ministro polaco de Defensa Nacional, Mariusz Błaszczak, solicitó una escalada de la presencia de tropas en la frontera junto con el despliegue de fuerzas y equipos adicionales, como helicópteros de ataque. En octubre de 2024, el general polaco hizo una declaración muy audaz al afirmar que si las tropas rusas invadían Lituania, los aliados atacarían en el ‘primer minuto‘ todos los activos estratégicos de Rusia situados en un radio de 300 kilómetros. Declaró que ‘atacarían directamente San Petersburgo.‘

Conclusion

A pesar de la declaración de la OTAN de que continuaría abordando las amenazas rusas en el Concepto Estratégico 2022, no se han observado acciones concretas en este sentido. Casi todos los incidentes con violaciones del espacio aéreo han sido declarados oficialmente accidentes, tal vez con la ilusión de que esto ayudaría a evitar escaladas. Sin embargo, al negar activamente que el Artículo 5 sea relevante, la OTAN pasa por alto el punto principal.

Que los drones rusos entren o no en el espacio aéreo de los Aliados a propósito no debe ser su principal preocupación, sino la vida de las personas. El caso de Croacia y Polonia demostró claramente la facilidad con la que la guerra puede traspasar fronteras y causar víctimas entre quienes no participan formalmente en ella. El hecho de que los drones rusos sigan volando por encima de las cabezas de los funcionarios de la OTAN incluso después de que éstos aseguraran a todo el mundo que Polonia, Letonia o cualquier otro Estado no era un objetivo, demuestra que no se puede detener a Moscú con apaciguamiento. Hoy, las actividades de ‘sabotaje‘ e ‘híbridas‘ solo pueden tener como objetivo instalaciones específicas; mañana, pueden provocar muertes entre la población local. No está claro cómo se mantendrán a salvo sus residentes si continúa la actual inacción.

Teniendo en cuenta la inteligente estrategia de llevar a cabo estas operaciones de forma encubierta, si Rusia lanza un ataque armado contra la OTAN, lo hará de forma igual de sutil. En ese caso, teniendo en cuenta la retórica de los altos funcionarios hasta ahora, es muy poco probable que la OTAN invoque el Artículo 5. Después de que Trump complete su investidura como presidente de Estados Unidos en enero, las posibilidades disminuirán aún más. Hasta ahora, el republicano ha mostrado mucha más ambivalencia al respecto que Biden. Teniendo en cuenta que Estados Unidos es innegablemente un líder en la Alianza, una retórica tan poco clara y la reticencia a participar activamente en la defensa de Europa sugieren que la perspectiva de invocar el Artículo 5 es aún más remota.

Por el contrario, las reacciones individuales sugieren que los Estados vecinos de Ucrania podrían responder por sí mismos a los ataques armados en caso de que apunten a su territorio. Polonia, en particular, gasta alrededor del 4% de su PIB en defensa, mientras que Rumanía está tomando medidas para poder derribar los drones rusos. Sin embargo, la pregunta sigue siendo: ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar? ¿Se defenderán de los ataques rusos estrictamente en sus territorios o devolverán el golpe a Rusia, como declaró el general polaco? Teniendo en cuenta la lentitud con la que Estados Unidos aprobó el permiso para que Ucrania atacara objetivos en suelo ruso, obtener un permiso para atacar ’directamente a San Petersburgo’ con armas de la OTAN podría ser aún más complicado.

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