El Plan de Paz de Trump: ¿En Qué Consiste?

Por Artur Koldomasov

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Puntos clave

  • Alto el fuego y negociaciones: El plan destaca la diplomacia, con el objetivo de detener las hostilidades mediante un alto el fuego y negociaciones de paz. Un reto importante consiste en obligar a Rusia a negociar de buena fe, ya que Moscú ha mostrado poco interés en modificar su postura agresiva sin presiones sustanciales.
  • Concesiones territoriales: Las negociaciones pueden implicar compromisos sobre los territorios ocupados, lo que plantea serias dudas sobre la soberanía de Ucrania y el posible precedente de nuevas agresiones.
  • Aplazamiento del ingreso en la OTAN: El aplazamiento del ingreso de Ucrania en la OTAN se propone como una forma de aliviar las tensiones, pero sin medidas de seguridad alternativas, se corre el riesgo de dejar a Ucrania expuesta a futuras amenazas.
  • Ayuda militar condicionada: El apoyo estadounidense dependería de la voluntad negociadora de Ucrania, lo que posiblemente limitaría la influencia de Kyiv en las negociaciones.
  • Garantías de seguridad: El plan sugiere acuerdos de seguridad alternativos, pero su eficacia sigue siendo incierta en ausencia de la adhesión a la OTAN.
  • Variables clave: El éxito del plan depende de salvaguardias claras contra futuras agresiones, marcos de seguridad sólidos y una cooperación internacional equilibrada para prevenir la desestabilización. Superar la resistencia de Rusia a entablar negociaciones significativas será una tarea crítica y compleja que requerirá estrategias internacionales bien coordinadas.

La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de este año ha atraído una mayor atención sobre su postura ante la agresión de Rusia contra Ucrania, sobre todo teniendo en cuenta sus declaraciones posteriores al 24 de febrero de 2022.

Trump sugirió que Ucrania podría tener que ceder territorio a Rusia para facilitar la paz. Los informes indican que cree que ambas partes desean una solución del conflicto y que los ucranianos de los territorios ocupados podrían «aceptar» formar parte de Rusia. También expresó su apoyo a unas negociaciones que podrían incluir la detención de la expansión de la OTAN hacia el este, especialmente en lo que respecta a Ucrania y Georgia. Trump criticó el apoyo militar de la administración de Biden a Ucrania, sugiriendo que la ayuda debería estructurarse como préstamos que Ucrania tendría que devolver. Sin embargo, aún no existe un plan definitivo, y muchos de sus elementos siguen en constante evolución, dependiendo en gran medida de la evolución de las condiciones en el frente y de la dinámica internacional en general. Algunas propuestas pueden no ser viables, especialmente si Rusia sigue sin estar interesada en negociaciones significativas.

Tras su victoria, funcionarios ucranianos y estadounidenses empezaron a debatir cómo podría ser el «plan de paz» de Trump y cómo podría afectar al futuro de Ucrania. Lo que actualmente se percibe como el plan de Trump fue articulado por su nuevo enviado especial, Keith Kellogg. Aunque Kellogg destacó que se trata únicamente de su propuesta, los analistas políticos de todo el mundo la tomaron como punto de partida para predecir la dinámica potencial de la guerra y sus implicaciones más amplias. El último plan para Ucrania, esbozado por Kellogg, es el siguiente:

Alto el fuego y negociaciones

El plan insiste en la necesidad de un alto el fuego y fomenta las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia. Propone congelar las actuales líneas del frente a pesar de la falta de garantías de que Rusia no las violaría repetidamente.

Retraso en el ingreso en la OTAN

Un aspecto importante de la propuesta es el retraso del ingreso de Ucrania en la OTAN durante un largo periodo de tiempo. Esto se considera una forma de aliviar las tensiones y crear un entorno más propicio para las negociaciones. Los titulares también sugieren eliminar totalmente de las negociaciones el ingreso en la OTAN o trabajar en una invitación especial para Ucrania, en la que sólo la parte occidental del país se incorporaría efectivamente a la Alianza (la definición de «parte occidental» sigue siendo objeto de debate), aunque este aspecto está evolucionando rápidamente.

Ayuda militar condicionada

Aunque Estados Unidos (por ahora) seguiría proporcionando ayuda militar a Ucrania, este apoyo estaría supeditado a la voluntad de Ucrania de entablar negociaciones con Rusia. La administración del presidente Trump pretende utilizar la ayuda militar como herramienta para fomentar las negociaciones. Esta ayuda ya se ha enfrentado al escepticismo de algunos nuevos miembros del Congreso estadounidense.

Concesiones territoriales

Fuente: Daily Mail

Algunos periodistas, citando a otros miembros del nuevo equipo de Trump, sugieren que el plan podría incluir presionar a Ucrania en relación con los territorios ocupados temporalmente, lo que podría suponer casi el 19% del territorio ucraniano. Esta concesión podría formar parte de un acuerdo de paz más amplio o del cese de las hostilidades. Según el plan, estos territorios no serían reconocidos oficialmente como rusos, pero tampoco se mantendrían las reclamaciones de Ucrania sobre ellos.

Existe un debate en curso sobre la escala exacta de las concesiones territoriales: las opciones incluyen utilizar las líneas del frente actuales, las del 24 de febrero de 2022 o las del 20 de enero de 2025. Sin embargo, estos cambios no son sencillos, ya que están directamente ligados a la sección de negociación de la OTAN, y algunos cambios radicales requerirían enmiendas constitucionales tanto en Rusia como en Ucrania, a las que ninguna de las partes está dispuesta.

Garantías de seguridad

La propuesta incluye disposiciones sobre garantías de seguridad para Ucrania después de la guerra, asegurando que cualquier acuerdo alcanzado protegería a Ucrania de futuras agresiones. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano ha rechazado oficialmente dichas garantías si van en detrimento de la adhesión a la OTAN. Esto crea un vacío legal para que todas las partes implicadas mantengan la opción sobre la mesa, pues Ucrania ya ha firmado acuerdos bilaterales con más de 10 países, incluido Estados Unidos, en materia de garantías de seguridad y cooperación. Además, para no contradecir su rechazo, este apartado podría alinearse con el ingreso en la OTAN. Sin embargo, todo sigue estando sujeto a cambios.

Levantamiento de sanciones

Parte de las negociaciones podría incluir el levantamiento de algunas sanciones impuestas a Rusia, siempre que coopere en las negociaciones de paz. Este enfoque pretende reintegrar a Rusia en la comunidad internacional, aunque va en contra de los esfuerzos del Grupo Yermak-McFaul, un grupo de trabajo dependiente de la Oficina del Presidente de Ucrania encargado de identificar nuevas vulnerabilidades de Rusia para ampliar y reforzar las sanciones en su contra hasta que Moscú ponga fin a su agresión. En funcionamiento desde marzo de 2022, el grupo ha realizado importantes contribuciones al régimen mundial de sanciones contra Rusia. Ha elaborado planes de acción detallados y hojas de ruta que recomiendan sanciones en diversos sectores, como la energía, las finanzas y la tecnología. Estos documentos han orientado a los responsables políticos internacionales en la aplicación de restricciones económicas eficaces.

Andrii Yermak en una sesión informativa conjunta con Michael McFaul. 
Fuente: Oficina del Presidente de Ucrania

Sin embargo, la dinámica y la magnitud del levantamiento de las sanciones podrían variar significativamente en función de la retórica y las acciones de Rusia, conocida por sus provocaciones y acciones audaces a pesar de la condena internacional. A lo largo de la guerra, Rusia bombardeó repetidamente y de forma masiva Ucrania y sus ciudades civiles en respuesta a determinados acontecimientos en la línea del frente, además de recurrir a crear desastres medioambientales y otras demostraciones de fuerza.

Acciones similares durante el proceso de negociación pueden provocar una reacción violenta y, en tal caso, son posibles contramedidas, como el refuerzo de las sanciones sobre aquellas fuentes de ingresos rusas que actualmente permanecen fuera del marco de sanciones (por ejemplo, la exportación de gas natural licuado ruso, más del 50% del cual se dirige a países de la UE).

Supervisión de tropas europeas

Reunión trilateral entre Volodymyr Zelenskyi, Emmanuel Macron y Donald Trump en París. 
Fuente: Cuenta X de Emmanuel Macron

Trump ha expresado su interés en que tropas europeas supervisen un posible alto el fuego, señalando la necesidad de que las naciones europeas desempeñen un papel más activo para garantizar la estabilidad regional. Sin embargo, la implementación final de esta idea depende de la voluntad política de los países europeos: la reciente visita del presidente francés Macron a Polonia tenía como objetivo convencer al primer ministro polaco, Donald Tusk, de enviar soldados polacos como parte de las fuerzas de paz europeas a Ucrania, pero al parecer esta idea fue rechazada por el momento. Al mismo tiempo, en los círculos políticos europeos se lleva hablando de esta posibilidad desde el verano. Sin embargo, como en el caso de la cláusula de adhesión a la OTAN, no hay detalles precisos sobre la zona operativa de las fuerzas de mantenimiento de la paz en caso de que se lleve a cabo esta idea, salvo que sería el «territorio occidental» de Ucrania, lo que conlleva diversas implicaciones.

El despliegue de tropas extranjeras en las regiones «occidentales» de Ucrania suscita gran inquietud, sobre todo si estas tropas son percibidas como objetivos legítimos por Rusia. Tanto si los ataques se producen en el frente como en la retaguardia, el riesgo sigue siendo el mismo: una escalada de inseguridad que podría disuadir las inversiones y desestabilizar económicamente la región. A diferencia del Artículo 5 de la OTAN, que garantiza explícitamente la defensa colectiva, el papel ambiguo de estas tropas crea incertidumbre sobre la respuesta de Occidente ante cualquier ataque contra ellas. ¿Servirán simplemente como una presencia simbólica o su mandato incluirá medidas defensivas contundentes?

La estabilidad económica y el atractivo de las regiones «occidentales» de Ucrania para los inversores dependen en gran medida de un entorno seguro y previsible. Esto es especialmente cierto para la recuperación y el crecimiento económicos, que forman parte integral del marco más amplio de seguridad blanda de Ucrania. Si las tropas estacionadas son atacadas, independientemente de su ubicación, las implicaciones para la economía regional son graves. Sin estrategias claras para hacer frente a este tipo de situaciones, su presencia corre el riesgo de convertirse en un lastre más que en un factor estabilizador, socavando la confianza pública en los compromisos occidentales.

El Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyi, se dirige a los líderes de la Unión Europea y Estados Unidos en un vídeo de la cumbre celebrada en París para apoyar a Ucrania. 
Fuente: Cuenta X de Emmanuel Macron

Teniendo en cuenta la historia de situaciones controvertidas en las que se han visto implicadas fuerzas de mantenimiento de la paz en otros conflictos armados, existe un riesgo significativo de que su comportamiento en este caso concreto sea difícil de controlar. Esto podría causar un mayor trauma en la sociedad ucraniana y socavar la confianza en Occidente en su conjunto, lo que acabaría acercando a los ucranianos a Rusia o a sentimientos excesivamente radicalizados sin que el Kremlin tuviera que hacer grandes esfuerzos.

Escenarios para el futuro de Ucrania tras este plan de paz

Otra cuestión importante es qué ocurrirá en Ucrania tras la aplicación de cualquier versión de este plan de paz. Aunque la situación es bastante inestable e impredecible, por lo que resulta casi imposible determinar con certeza qué podría ocurrir y qué repercusiones podría tener, se observan ciertas tendencias.

Escenario positivo

Un acuerdo de paz global con sólidas protecciones contra futuras agresiones rusas podría conducir a que Ucrania recibiera una invitación para ingresar en la OTAN. Esto facilitaría las reformas en el sector militar y mejoraría la cohesión social. Estados Unidos también podría utilizar el despliegue de misiles de largo alcance en Ucrania como elemento disuasorio frente a Rusia. Una mayor integración de Ucrania en la arquitectura de seguridad europea, con el posible despliegue de fuerzas no combatientes por parte de Estados europeos, favorecería la estabilidad del país. Además, la incorporación de Ucrania a la OTAN facilitaría a Occidente la influencia y gestión de una Ucrania armada, bien entrenada y cada vez más antirrusa, garantizando su alineamiento con los objetivos estratégicos occidentales más amplios. Sin embargo, las perspectivas al respecto son actualmente demasiado vagas.

Conflicto congelado

Cesan las hostilidades activas, pero sin disposiciones firmes que impidan una nueva invasión. Puede surgir un frágil alto el fuego parecido a acuerdos anteriores como los Acuerdos de Minsk, carente de condiciones ejecutables y soluciones a largo plazo para cuestiones vinculadas a las causas profundas de la guerra o manipulables por Rusia.

Paz desesperada

Tal resultado se produciría si la posición militar de Ucrania se deteriorara significativamente. Moscú podría dictar condiciones que socavaran la soberanía de Ucrania, como limitar las capacidades militares o reconocer las reclamaciones rusas sobre los territorios ocupados.

Guerra continuada

Los esfuerzos de paz fracasan por completo y Rusia prosigue su campaña militar sin una resolución a la vista. La presión política interna puede exacerbar las vulnerabilidades, haciendo a Ucrania más susceptible a futuras invasiones si no se refuerza la resistencia institucional.

Conclusiones

Cada uno de estos escenarios refleja la incertidumbre de la guerra y los retos de negociar una paz duradera. El éxito del plan de paz dependerá en gran medida de la dinámica política interna e internacional, así como de la situación militar en Ucrania. Es probable que el proceso de negociación y las narrativas en torno a un posible acuerdo de paz incorporen temas que hagan hincapié en la desescalada y en enfoques pragmáticos para la resolución de conflictos. Estas dinámicas pueden influir tanto en la formulación como en la ejecución de los llamamientos a un acuerdo.

Uno de los retos más importantes para el presidente electo en la búsqueda de un acuerdo de paz podría ser obligar a Rusia a entablar negociaciones significativas y modificar sus exigencias iniciales. Para lograrlo, podrían implementarse varias medidas estratégicas, como imponer sanciones a las fuentes de ingresos de Rusia, suavizar dichas sanciones en respuesta a pasos verificables hacia la paz o proporcionar un apoyo militar sostenido a Ucrania. Este apoyo ayudaría a fortalecer la posición de Ucrania en la mesa de negociaciones y garantizaría su capacidad de resistencia a largo plazo. En última instancia, el éxito de cualquier plan de paz dependerá también de la capacidad del presidente electo para equilibrar las presiones a corto plazo con la estabilidad a largo plazo.

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