Pionyang en la Línea de Frente: Los Riesgos y Beneficios de su Implicación en la Guerra de Rusia

Por Anna Kostenko

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Puntos Сlave

  • Implicación Militar Directa de Corea del Norte: Corea del Norte ha desplegado entre 10.000 y 12.000 soldados en el frente de Ucrania. Este movimiento convirtió a Pionyang en un participante militar activo en la guerra.
  • Beneficios Estratégicos para Corea del Norte: Al ayudar a Rusia, Corea del Norte obtiene tecnología militar avanzada, experiencia en el campo de batalla y una posición militar más fuerte. Estos beneficios son especialmente cruciales a medida que aumentan las tensiones en el Pacífico.
  • Beneficios Financieros y Tecnológicos: A cambio de su apoyo militar, Corea del Norte estaría recibiendo compensaciones económicas de Rusia, además de valiosas armas y tecnología. Esto refuerza el programa nuclear y las capacidades militares de Pionyang.
  • La Ambigua Postura de China: China se ha distanciado de la alianza entre Rusia y Corea del Norte, pero la profundización de los lazos entre ambas naciones supone un reto para Pekín. A China le preocupan las crecientes capacidades nucleares de Corea del Norte y el potencial de desestabilización de la región.
  • Implicaciones para la Seguridad Mundial: La implicación de Corea del Norte supone un debilitamiento de las normas internacionales, ya que desafía las sanciones y apoya la agresión de Rusia. La incapacidad de Occidente para frenar las acciones de Pionyang podría envalentonar a otros Estados delincuentes y socavar la estabilidad mundial.

Desde la invasión a gran escala de Rusia, Corea del Norte ha estado ayudando a su aliado, el Kremlin, no solo diplomáticamente al reconocer la independencia de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk, regiones separatistas de Ucrania, sino también militarmente al suministrar municiones y misiles al país sancionado. Durante el transcurso de la guerra, la implicación de Pionyang con Rusia creció considerablemente y alcanzó su punto máximo con el despliegue de norcoreanos en la zona de guerra a finales de octubre de 2024. Este movimiento sin precedentes y audaz, junto con la creciente asertividad de Pionyang en la península de Corea, generó preocupaciones en el ámbito internacional.

Este artículo explora las motivaciones, beneficios y riesgos asociados con la implicación de Corea del Norte en la guerra de Ucrania, analizando sus implicaciones para los aliados autoritarios en Pionyang, Moscú y Pekín. Examinar estas dinámicas es crucial para comprender cómo esta alianza puede influir en el futuro de la seguridad internacional y la estabilidad regional tanto en Europa como en el Pacífico.

Contexto

En la segunda mitad de 2022, cuando los suministros de misiles rusos comenzaron a agotarse, el presidente Vladímir Putin recurrió a sus aliados norcoreanos en busca de ayuda. Sin embargo, 2024 vio avances significativos en la relación bilateral entre Moscú y Pionyang, que se extendieron más allá del comercio y la venta de armamento. En marzo de 2024, Rusia, por primera vez, vetó la renovación anual del panel de expertos de la ONU que supervisa las violaciones norcoreanas de las sanciones. Aunque en gran medida simbólico, ya que el trabajo del panel no influye directamente en las sanciones en sí, esto ha señalado que la postura de Moscú hacia el régimen de Kim ha cambiado drásticamente.

En junio de 2024, se produjo un giro de los acontecimientos que suscitó preocupación: Putin y Kim firmaron el Tratado de Asociación Estratégica Integral entre la Federación Rusa y la República Popular Democrática de Corea. El acuerdo fue denominado en los medios como un “tratado de defensa mutua” debido a su Artículo 4, en el cual ambas partes se comprometieron a proporcionarse asistencia militar en caso de un ataque armado. El tratado implicó un fortalecimiento de la cooperación en una variedad de ámbitos, incluyendo el comercio, la economía, la ciencia, entre otros. Este acuerdo fue utilizado como justificación para el despliegue de tropas norcoreanas en el frente de batalla para ayudar a Rusia en su campaña contra Kyiv.

La identificación falsa de un soldado norcoreano capturado.
Fuente: Página oficial de Telegram de Zelenski

Los primeros informes sobre la implicación de soldados norcoreanos en el campo de batalla surgieron a finales de octubre de 2024. Desde entonces, se ha confirmado que Pionyang ha enviado alrededor de 10,000-12,000 de sus soldados para apoyar a su aliado. Según los informes, los norcoreanos fueron desplegados para combatir en el óblast de Kursk, un territorio soberano de Rusia que fue tomado como parte de la ofensiva sorpresa de Ucrania en agosto de 2024. Las opiniones sobre la capacidad de combate de las tropas norcoreanas han sido diversas: algunos combatientes ucranianos afirman que las tácticas de guerra de los norcoreanos están obsoletas, mientras que otros los consideran un enemigo peligroso y destacan que son más disciplinados y metódicos que los propios rusos. Capturar soldados norcoreanos con vida ha resultado extremadamente difícil, ya que tienden a suicidarse si corren el riesgo de ser capturados. En los últimos meses, el ejército ucraniano solo ha logrado llevar a cautiverio a dos soldados norcoreanos heridos. Según informes de Kyiv, Moscú y Pionyang hicieron todo lo posible por ocultar la presencia de norcoreanos en la línea del frente: los soldados norcoreanos portaban identificaciones falsas y afirmaban haber nacido en la región de Tuvá (Rusia). Ucrania estima que las bajas norcoreanas ascienden aproximadamente a 3,000, incluyendo muertos y heridos. A principios de febrero de 2025, también han surgido preocupaciones de que Pionyang se esté preparando para enviar nuevas tropas al frente, a pesar de las considerables pérdidas que ya ha sufrido.

Corea del Norte: los beneficios superan los riesgos

Pionyang se ha beneficiado enormemente de su alianza con el Kremlin, y el despliegue de tropas en la línea del frente ha valido la pena para Kim, al menos por ahora. A cambio de varios miles de vidas humanas, Corea del Norte ha recibido una enorme cantidad de armas y tecnología a las que antes no podía acceder. Esto permitirá al estado rebelde ejercer presión sobre sus enemigos en el Pacífico, especialmente sobre Corea del Sur, con quien sus relaciones han sufrido un drástico deterioro en los últimos meses.

A medida que aumentan las tensiones en el Pacífico (no sin la implicación directa de Pionyang), Corea del Norte está interesada en fortalecer su ejército para prepararse ante un posible conflicto. Enviar tropas a Ucrania se considera una oportunidad ideal para que los soldados adquieran experiencia práctica en la guerra moderna y en el uso de nuevas tecnologías y armas. La colaboración con Rusia y el acuerdo de defensa mutua podrían permitir a Kim solicitar el respaldo ruso en caso de que la situación en el Pacífico escale hacia un conflicto militar. Además, con la ayuda de Moscú, Corea del Norte tendrá la oportunidad de avanzar en su programa nuclear y convertirse en un estado aún más influyente a nivel regional.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se dan la mano tras la ceremonia de firma del nuevo acuerdo de asociación en Pionyang, Corea del Norte, el 19 de junio de 2024. (Kristina Kormilitsyna/Sputnik/AP)

Los lazos estrechos recientemente establecidos con Rusia también acercan a Pionyang a salir de su aislamiento internacional: si el Kremlin puede cambiar su opinión sobre Corea del Norte, otros estados también podrían hacerlo. En caso de que el despliegue de tropas modifique la situación en el frente en beneficio de Moscú, Kim podría presionar a Putin para que le permita unirse a organizaciones internacionales respaldadas por Rusia, como la Comunidad de Estados Independientes, ampliando así el papel de Pionyang en la escena internacional. Este movimiento podría romper el aislamiento internacional del régimen de Kim y no solo ofrecerle una vía para salvar su economía en crisis, sino también demostrar la ineficacia de las instituciones dirigidas por la ONU. Esto podría, además, reducir el temor de otros países a las sanciones y las consecuencias por sus acciones desafiantes, generando una desestabilización y un caos que resultarían beneficiosos tanto para Pionyang como para Moscú.

También se comenta ampliamente que Corea del Norte podría estar recibiendo una generosa compensación financiera de Moscú por cada soldado que envía en apoyo al ejército ruso. De este modo, Kim no solo obtiene beneficios militares, políticos y económicos, sino que también llena sus bolsillos de dinero.

Por supuesto, también existen algunos riesgos potenciales asociados con la decisión de enviar tropas a la guerra. Si los soldados norcoreanos no logran adaptarse a la realidad de la guerra moderna y sufren grandes pérdidas, esto podría causar un daño reputacional a Kim y su régimen, tanto dentro como fuera del país. Otro gran riesgo es la exposición de las tropas desplegadas a información sobre la vida fuera de Corea del Norte, que es completamente diferente a la realidad de su país de origen. Cuanto más tiempo permanezcan fuera, más aprenderán sobre el mundo exterior. Cuando regresen, el muro de información que ha rodeado a Corea del Norte durante décadas podría derrumbarse, desestabilizando el régimen de Kim.

En esta foto proporcionada por el gobierno de Corea del Norte, el líder norcoreano Kim Jong-un, en el centro, se reúne con soldados que participaron en un entrenamiento en Corea del Norte, el 13 de marzo de 2024. (Agencia Central de Noticias de Corea/Servicio de Noticias de Corea vía AP, Archivo)

Rusia: en busca de ”carne de cañón”

A pesar de algunos avances, Rusia no ha logrado grandes éxitos en el frente y se está quedando sin soldados. Moscú adoptó una táctica de guerra diseñada para superar numéricamente y abrumar al oponente. Sin embargo, esta estrategia, poco práctica en el tipo de guerra moderna, requiere un despliegue constante de nuevas tropas y le ha costado a Putin una gran cantidad de vidas. Ante la urgente necesidad de más soldados, el Kremlin está haciendo todo lo posible por reponer sus tropas sin recurrir a una nueva ola de movilización. La primera—y hasta ahora única—movilización realizada durante esta guerra desestabilizó la situación dentro del país y dañó la reputación de Putin, un tema extremadamente sensible para el líder ruso. El gobierno ruso ahora ofrece sumas enormes de dinero a quienes estén dispuestos a firmar un contrato con el ejército. Moscú también busca activamente voluntarios en países aliados que estén dispuestos a intercambiar sus vidas por dinero. El despliegue de tropas norcoreanas en el frente encaja perfectamente en este esquema y resulta beneficioso para Moscú, ya que recibe varios miles de nuevos soldados en lugar de unos pocos cientos o menos.

Sin embargo, es importante señalar que aproximadamente 10,000 soldados no resolverán el problema de Rusia, que no ha renunciado a su objetivo de tomar Kyiv y ya ha sacrificado demasiadas vidas en esta guerra. Además, los soldados norcoreanos no están entrenados de la misma manera que los rusos y no hablan ningún idioma excepto el coreano, lo que dificultará su integración y efectividad en el campo de batalla. Por otro lado, como se mencionó anteriormente, si Putin está pagando a Kim por cada soldado, el Kremlin ha añadido un nuevo gasto a su ya abultado presupuesto de guerra, mientras la situación económica del país se deteriora drásticamente. Por ahora, el Kremlin también enfrenta limitaciones en cuanto al territorio en el que pueden operar las tropas norcoreanas. Enviar soldados extranjeros a territorio soberano ruso bajo un tratado de defensa mutua es una cosa, pero desplegarlos en territorio soberano de Ucrania significaría que Pionyang se convertiría oficialmente en una parte de la guerra. Esto representaría una escalada extremadamente peligrosa, algo de lo que Moscú hasta ahora se ha abstenido, pero que necesita desesperadamente.

China: Más allá de la ambigüedad

Aunque China, el aliado más destacado de Corea del Norte, no ha estado directamente involucrada en el acuerdo entre Moscú y Pionyang, es fundamental comprender dónde residen los intereses de Beijing a medida que Corea del Norte se involucra cada vez más con el Kremlin. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, las declaraciones oficiales chinas sobre la guerra han sido extremadamente ambiguas. Pekín ha enfatizado su deseo de una solución pacífica y ha subrayado la importancia de respetar la integridad territorial, pero al mismo tiempo ha ayudado a Putin a sortear las sanciones occidentales y no ha condenado las acciones de Rusia contra Ucrania. China también ha intentado distanciarse del nuevo nivel de escalada que ha traído consigo el acuerdo de defensa y el despliegue de tropas norcoreanas, subrayando que se trata de un asunto entre Moscú y Pionyang. Sin embargo, la pregunta clave es: ¿favorece realmente Pekín este “asunto”?

Si el Kremlin logra el éxito en su campaña contra Ucrania, China podría obtener beneficios que la acercarían a alcanzar sus propios objetivos en la arena internacional. Con la cuestión de Taiwán aún sin resolver, Pekín espera que una victoria rusa demuestre a la “isla rebelde” que Taipéi no tiene ninguna posibilidad de ganar una guerra. En ese caso, la única vía racional sería buscar la unificación pacífica, un escenario que China ha intentado materializar durante las últimas décadas.

Otra razón por la que Pekín podría estar interesado en el despliegue de tropas norcoreanas en el frente es observar la respuesta de Occidente: las acciones de Corea del Norte, un país ya fuertemente sancionado, desafían una vez más las normas del derecho internacional. Estados Unidos y sus aliados han emitido una declaración conjunta condenando la alianza militar entre Rusia y Corea del Norte. Washington también ha impuesto sanciones adicionales contra ambos países con el objetivo de obstaculizar la capacidad de Kim para ayudar a su aliado en el Kremlin. Sin embargo, según los informes, Pionyang se está preparando para enviar más tropas al frente a pesar de las grandes pérdidas sufridas, lo que indica que las acciones occidentales no han sido suficientes para romper la alianza. Si Occidente no demuestra que puede contener a Pionyang y presionarlo para que respete las normas internacionales, enviará una señal de que el sistema liderado por Estados Unidos necesita una reforma urgente. Esto encajaría perfectamente en los intereses de Pekín, que busca reformar el orden mundial a su favor.

La guerra en Ucrania también está desviando la atención de Occidente del Pacífico y obligándolo a suministrar armamento a Kyiv: cuanto más se prolongue la guerra, más recursos gastarán Estados Unidos y sus aliados en Ucrania. Si Pekín opta por tomar Taiwán por la fuerza, le conviene que Occidente esté lo más debilitado posible, por lo que, desde esta perspectiva, una escalada podría considerarse beneficiosa.

Sin embargo, a pesar de las claras ventajas de enviar tropas norcoreanas a la guerra contra Ucrania, también existen varios inconvenientes para China. Pekín ha enfatizado su deseo de paz por una razón: su economía depende en gran medida del comercio internacional y, por lo tanto, de la estabilidad global. Actualmente, la economía china no atraviesa su mejor momento, por lo que Pekín busca evitar a toda costa las sanciones occidentales. Tener a uno de sus aliados más cercanos involucrado en Ucrania del lado de Rusia no ayuda precisamente en este sentido. Aunque Pekín prefiere no interferir en la alianza entre Moscú y Pionyang, el acercamiento entre estos dos estados debería ser preocupante al menos por una razón: las armas nucleares. Para China ha sido útil tener bajo su control total a un “aliado loco con armas nucleares”, pero los lazos más estrechos con Rusia desafían la dependencia de Pionyang de Pekín y le ofrecen la oportunidad de desarrollar su programa nuclear sin supervisión china. Con las constantes amenazas del Kremlin de usar armas nucleares contra Ucrania o contra Occidente, y el interés de Corea del Norte en desestabilizar la situación internacional, especialmente en el Pacífico, esta alianza podría volverse “explosiva”. Esto es extremadamente preocupante para el mundo entero, incluida China, que ha dejado muy claro que se opone a cualquier intento de uso de armas nucleares.

Conclusión

La cooperación entre Rusia y Corea del Norte ha crecido significativamente en los últimos años, debido a que Kim ha proporcionado asistencia militar a su homólogo ruso. Vladímir Putin ha pasado de respaldar el régimen de sanciones contra Pionyang a firmar un tratado de defensa mutua con los norcoreanos. La decisión de Kim de enviar soldados norcoreanos al frente para apoyar a las fuerzas rusas sobre el terreno llevó la alianza entre ambos estados a un nivel nuevo y sin precedentes.

Por ahora, el régimen norcoreano ha estado cosechando grandes beneficios de su audaz decisión. Ha obtenido acceso no solo a nuevas tecnologías militares proporcionadas por sus aliados rusos, sino también a la oportunidad de entrenar a sus soldados en condiciones reales de guerra moderna. Esta valiosa experiencia podría resultar útil si las tensiones en el Pacífico se intensifican. La alianza con Putin también le ofrece a Pionyang la posibilidad de salir del aislamiento internacional y ampliar su influencia en el Pacífico.

El Kremlin busca nuevas formas de reponer el número de sus tropas en el campo de batalla sin recurrir a la movilización de rusos, que conlleva altos costos reputacionales. A pesar de este beneficio más bien a corto plazo, el despliegue de tropas norcoreanas incrementa los ya excesivos gastos bélicos de Moscú, dado que el régimen de Kim exige ayuda financiera y tecnológica a cambio de su apoyo.

China ha hecho todo lo posible por distanciarse de la alianza entre Putin y Kim; su reacción oficial no ha sido más que ambigua. A pesar de ello, esta nueva amistad representa tanto ventajas como preocupaciones para Pekín. Si Moscú logra presionar a Kyiv hasta someterla, esto podría favorecer la posición china, convenciendo a Taiwán de aceptar una unificación pacífica. También pondría en evidencia la incapacidad de Occidente para mantener el orden en el ámbito internacional. Al mismo tiempo, Pionyang podría decidir avanzar en su programa nuclear bajo la supervisión de Moscú, aumentando así el riesgo del uso irresponsable de armas nucleares.


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