El 7 de octubre, un parlamentario argentino del Parlamento del MERCOSUR, Ivan Dubois, visitó el Centro para las Libertades Civiles. En la reunión participaron defensores de los derechos humanos, un representante del Cuartel General para el Tratamiento de Prisioneros de Guerra, familiares de civiles y prisioneros de guerra detenidos ilegalmente, y un ucraniano que vivió personalmente el cautiverio ruso.
La visita fue organizada por las ONG “El Centro de Diálogo Transatlántico” y “Resilient Ukraine.”
Mykhailo Savva, miembro del consejo asesor del Centro para las Libertades Civiles, compartió que Rusia retiene actualmente a más de 7.000 civiles de forma ilegal, según los datos del Centro. Aunque es imposible calcular el número exacto de prisioneros de guerra, se sabe que tanto civiles como militares están detenidos en condiciones deplorables, sufriendo abusos físicos y psicológicos. Mykhailo también presentó la Estrategia de Liberación Civil del Centro, que contiene propuestas para presionar a Rusia para que libere a los civiles ucranianos detenidos ilegalmente en relación con el conflicto armado.
Anastasiia Savova y Roman Mykolenko compartieron las historias de sus familiares actualmente detenidos por Rusia. Anastasiia es hija de un defensor de Mariúpol que se presentó voluntario en 2015 y defendió Azovstal en 2022. Estuvo detenido en Olenivka, Taganrog y el centro de detención de Kursk-1, y posteriormente fue trasladado a un lugar desconocido tras la operación en Kursk. Roman es hijo de un civil de Hostomel de 64 años que fue capturado en marzo de 2022; tras una larga búsqueda de información, finalmente le informaron de que su padre no sería liberado hasta el final de la guerra.
Mariiana Checheliuk compartió su experiencia de cautiverio. Tras la invasión a gran escala, buscó refugio con su hermana en la planta de Azovstal. Tras la evacuación de los civiles, fueron separadas en un campo de filtración ruso. Mariiana fue llevada al centro de detención de Donetsk, después a una colonia en Olenivka y, por último, a una prisión en Taganrog, donde sufrió torturas, como inanición y malos tratos físicos, de los que habló en la reunión.
Ivan Dubois reconoció la dificultad a la que se enfrentan las familias al hablar de la pérdida de libertad y de los crímenes de guerra, y dio las gracias a las organizaciones ucranianas que documentan estas ofensas.
Solomiia Stasiv, de la Clooney Foundation for Justice, explicó el concepto de rendición de cuentas a través de la jurisdicción universal para los delitos cometidos en Ucrania. Kateryna Miitieva, de Truth Hounds, compartió casos sobre la detención de empleados de la central nuclear de Zaporizhzhia, mientras que Kateryna Rashevska, abogada del Centro Regional de Derechos Humanos, habló de las violaciones de los derechos de los niños en el contexto de la agresión rusa contra Ucrania.