El 13 de mayo de 2025, el Centro de Diálogo Transatlántico presentó con orgullo las principales conclusiones de su investigación titulada "El Papel de Rusia en el Orden Mundial de Posguerra." Esta presentación enmarcó un debate fundamental con distinguidos expertos sobre los complejos desafíos y dilemas estratégicos que plantea Rusia en un panorama global en evolución. Nuestra investigación analizó cómo podría configurarse una Rusia posterior a la guerra y de qué manera deberían prepararse Ucrania y Occidente. Las conclusiones, presentadas por la Directora de Investigación del TDC, Daryna Sydorenko, indican que una Rusia postbélica está encaminada a mantener una actitud agresiva, independientemente de los resultados en el campo de batalla, debido a su ideología profundamente arraigada, al fomento del nacionalismo agresivo y a la falta de voluntad de su sociedad para llegar a compromisos. Además, la economía militarizada de Rusia alimenta esta agresividad, lo que hace que la aplicación continua y estricta de sanciones sea esencial.
Tras la presentación de nuestras conclusiones principales, nuestros distinguidos panelistas compartieron sus perspectivas en profundidad:
La Dra. Maria Domańska, Investigadora Principal del Centro de Estudios Orientales (OSW) con sede en Varsovia: La Dra. Domańska sostuvo que, bajo el putinismo, la guerra se ha convertido trágicamente en una "condición natural del Estado ruso," sirviendo como herramienta para garantizar la legitimidad política interna de un régimen incapaz de generar un crecimiento económico sostenible. Destacó que Putin se ha convertido en rehén de la guerra, al haber invertido demasiado en la idea de una victoria final rusa. Realizó una comparación impactante al afirmar que la Rusia contemporánea se asemeja más a la Alemania nazi que a la Unión Soviética, debido a su revanchismo, militarismo y la ausencia de una "vacuna contra la guerra" en la conciencia pública. A diferencia de la Unión Soviética, Rusia es una dictadura personalista sin contrapesos institucionales frente a la voluntad arbitraria del líder. La Dra. Domańska concluyó que Rusia seguirá siendo una amenaza existencial para Europa mientras continúe siendo autoritaria e imperial, y que cualquier futura normalización de las relaciones con Occidente debe estar condicionada no solo al respeto de la integridad territorial de Ucrania y al pago de reparaciones, sino también — de forma crítica — a una liberalización interna en Rusia, que incluya la liberación de presos políticos y la celebración de elecciones competitivas.

Juraj Majcin, Analista de Políticas en el Centro de Política Europea en Bruselas: El Sr. Majcin reconoció que en Bruselas crece la conciencia de que Rusia seguirá siendo una amenaza existencial para Europa. No obstante, advirtió que el enfoque actual de Europa suele ser demasiado reactivo y abogó por una estrategia más proactiva basada en la contención de Rusia. Una parte fundamental de esta estrategia, según Majcin, debe ser una disuasión firme, aunque señaló el reto que supone el hecho de que la economía de guerra rusa está superando a Occidente en la producción de cierto equipamiento militar. Subrayó la importancia de apoyar a países socios de la UE como Moldavia y Georgia, y de garantizar que la democracia prospere en Ucrania. Majcin también señaló que las distintas percepciones de amenaza en Europa constituyen un desafío clave, y destacó la necesidad de reconciliar estas visiones y convencer a los ciudadanos de la necesidad de realizar sacrificios en aras de la seguridad colectiva, inspirándose, quizás, en los modelos nórdicos de implicación social. Asimismo, abordó las complejidades del proceso de toma de decisiones en la UE, como la dificultad de alcanzar unidad en materia de sanciones cuando algunos Estados miembros actúan como "caballos de Troya".
Michael DiCianna, Investigador Asociado del Centro de Estudios del Intermarium en el Institute of World Politics: El Sr. DiCianna ofreció una perspectiva estadounidense, señalando que el esfuerzo por normalizar las relaciones con Rusia ha sido un tema recurrente en múltiples administraciones estadounidenses, incluida la primera presidencia de Trump. Sugirió que hay indicios de que Donald Trump está comenzando a darse cuenta de que el Putin de 2025 no es el mismo líder con el que interactuó anteriormente. El Sr. DiCianna destacó que la administración Trump tiende a ver el poder estadounidense y las alianzas, incluida la OTAN, principalmente desde una perspectiva económica y comercial, más que en términos puramente militares y estratégicos. Las críticas a los miembros de la OTAN a menudo se derivan del incumplimiento de los objetivos de gasto en defensa, que se consideran un asunto económico. Expresó su preocupación de que la disuasión convencional podría estar fracasando frente a Rusia, ya que Moscú podría percibirse a sí misma como ya estando en guerra con la OTAN, no solo con Ucrania. El Sr. DiCianna argumentó que Rusia podría haber superado el punto en el que una demostración de fuerza tenga efecto disuasivo si percibe fisuras en la determinación de Occidente, lo que podría llevarla a "lanzar los dados de hierro" y poner a prueba a la OTAN. Hizo un llamado a ir más allá del simple discurso sobre la disuasión y a desarrollar planes de guerra más serios, instando a las democracias liberales occidentales a reconocer a Rusia no solo como un adversario o competidor, sino como un "enemigo".
Expresamos nuestro más sincero agradecimiento a nuestros distinguidos ponentes por sus valiosos aportes y a nuestra audiencia comprometida por sus preguntas reflexivas. Esta conversación ha puesto de manifiesto la necesidad vital de mantener un diálogo continuo, una preparación sólida y estrategias claras para afrontar con realismo las complejidades del orden mundial posterior a la guerra.